Burbuja san

La gran burbuja sanitaria. En el nombre del SAS.

El SAS se empeña en mantener como ciertos datos que están claramente inflados. Una vez más sostiene esta burbuja sanitaria fundamentada en una realidad inexistente. Y todo ello, …en el nombre del SAS.

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Colectivos:

Negar la evidencia y ocultarla detrás de cifras que han sido interpretadas bajo un prisma excesivamente benévolo, autocomplaciente y triunfalista antes de sacarlas a la luz pública, no presagia nada bueno.

Ya en nuestra historia reciente hemos tenido desagradables experiencias con actitudes similares, ya hemos vivido cómo después de años negando la existencia de crisis económica, la realidad nos ha golpeado y sumido en una situación desesperada a pesar de que los políticos y gestores lo negaran todo hasta el último día, ya hemos visto explotar la gran burbuja inmobiliaria que estaba fundamentada en una gran mentira, en un gran maquillaje de cifras y cuando estas cosas han ocurrido ya era demasiado tarde para detenerlas y para buscar entre todos una salida consensuada.

Y con toda esta funesta experiencia, el Sr Alonso desde las alturas de su Consejería nos quiere hacer creer que si en Andalucía hay menos inversión en Salud por habitante es porque ellos son los mejores gestores, que si tenemos menos camas que ninguna comunidad es porque aquí hacen menos falta, que aquí los planes de verano son los mejores, que se sustituyen todas las vacaciones, que la Atención primaria está reformada y reforzada, que las urgencias no están saturadas, que no se cierran camas. etc.

Y luego nos manda a la tierra a su representante, el Sr Aranda y en nombre del SAS todopoderoso nos conmina a que hagamos un acto de fe y afirma que en la Sanidad andaluza todo es perfecto, idílico, que los pacientes no esperan apenas para ver al especialista o hacerse una prueba, que se operan antes que en cualquier otra región española.

Y nosotros nos preguntamos cuál será el motivo (si nuestra situación es tan perfecta) para que en todos las estadísticas que no son publicadas por la Junta, aparezcamos siempre en los lugares más bajos.

Nos preguntamos cuál será el motivo (si nuestra situación es tan perfecta) para que la Junta rechace en el Parlamento la creación de un grupo de trabajo para el control de las listas de espera.

Nos preguntamos cuál será el motivo para que no se hayan publicado las listas en su momento, para que sin embargo se apresuren luego a dar una grandilocuente rueda de prensa obligados por la presión social (eso sí, con unos días de por medio para preparar bien los datos que se van a ofrecer como ciertos). 

Nos preguntamos en suma, que pasará cuando estalle esta gran burbuja sanitaria basada en datos que no son reales y quién será el responsable entonces.

En fin, dejemos de preguntarnos cosas porque en una comunidad como ésta que hace de sus planteamientos la religión oficial, que condena como herejes a quienes discrepan o dudan, no tienen cabida las preguntas. Desde las alturas se nos vuelve a exigir un acto de fe, se nos hace ver que la realidad no es lo que vemos, sino lo que el SAS todopoderoso nos comunica periódicamente en sus libros sagrados.

Pero como solo la insistencia en la razón y la tolerancia consiguieron acabar con la inquisición y como seguro que no somos los únicos descreídos condenados a arder en las llamas del ostracismo y la sutil represalia, ahI va nuestra visión de la realidad terrenal, nuestra contestación al Credo que sostiene la Trinidad que forman el Sr Alonso, el Sr Aranda y el espíritu omnipresente de la Sra Diaz.

La realidad es que hay centenares de casos como el que publica “Granada Hoy”. Centenares de andaluces en espera de conseguir una cita para el especialista.  La realidad es la que nos refleja un compañero en una carta recibida tras conocerse la rueda de prensa del Sr Aranda. En ella se asegura que en su hospital hay alas cerradas y pacientes en espera de ser ingresados, que la demora para una prueba es hasta diez veces superior a la publicada oficialmente, la realidad es que se presiona a los profesionales para que no ingresen, para que den altas, para que no deriven. La realidad es que pueden esperarse muchos meses para ser intervenido quirúrgicamente y sin embargo aparecer en los listados oficiales con una demora mínima.

Lo que Uds pretenden vendernos Sres Alonso y Aranda, ya no se lo traga nadie a pesar de que desde su reino nos obliguen a profesar la fe en la “perfecta” gestión sanitaria andaluza. Hemos crecido mucho en estos años de gestión feudal, nos hemos hecho menos ingenuos, más conscientes de la realidad, más racionales y menos creyentes. Hemos constatado en suma, que los andaluces siguen con hambre de asistencia sanitaria mientras Uds continúan en sus púlpitos dorados, tocados de púrpura, decidiendo el destino de miles de enfermos,  exigiendo fe ciega e insensibles a la realidad terrenal.

Ojalá un día no tengamos que lamentar la desaparición del reino de la sanidad pública, la explosión de la gran burbuja sanitaria, porque por el camino que nos están llevando, mucho nos tememos que el cielo caiga sobre nuestras cabezas.  

Comité Ejecutivo SMA