Todos conocemos la escasez de médicos que empieza a ser preocupante en nuestra región y que llega a suponer un problema importante para la asistencia sanitaria, sobre todo en épocas estivales o navideñas. Sin embargo la administración se niega a permitir que muchos profesionales, en perfecto estado de salud, prorroguen su vida laboral hasta los 70 años aún incluso a riesgo de dificultar la asistencia médica adecuada a todas las zonas y en todos los periodos.

Pero la habitual “doble vara de medir” con la que nuestros dirigentes suelen gestionar el SAS se hace más que evidente en un caso como éste.

Por un lado D. Álvaro Nieto, cargo intermedio o puesto directivo desde hace décadas, nombrado a dedo, sin plaza fija, conocido entre los facultativos que lo padecen por  su relación con el partido que sustenta nuestro Gobierno Autonómico, amigo personal de quienes dirigen el SAS y sin embargo nombrado persona non grata por los facultativos a los que dirige y a quienes ha incoado numerosos expedientes disciplinarios hasta convertirse en uno de los directivos más inmisericordes. Ocupa actualmente una Gerencia de Distrito, un puesto de gestión para el que no se requiere un alto grado de especialización, prueba de ello es el hecho de que se nombran gerentes de hospitales e incluso gerentes del SAS (recordemos a D. José Luis Gutiérrez) a quienes no tienen experiencia previa en gerencias similares. Ocupa pues, un puesto de corte muy administrativo y para el cual el SAS contaría con muchos candidatos bien preparados. A él le permiten prorrogar su jubilación.

Por otro lado, cientos de facultativos andaluces, muchos de ellos con un elevadísimo grado de especialización, otros ocupando una importante plaza de carácter asistencial en zonas deprimidas, una parte importante con especialidades en las que no existen candidatos demandantes de empleo. Compañeros que han tenido que sacrificar familia y tiempo libre para conseguir aprobar unas oposiciones que les dieran acceso a una plaza en el SAS (al contrario que el caso anterior), todos ellos bien valorados por sus pacientes y reconocidos por los que comparten trabajo y horas de guardia. A ellos se le obliga a jubilarse a los 67 años sin posibilidad de prórroga.

En definitiva, el SAS y su Gerente, la Consejería y su Consejera, aquellos quienes comparten ideología y amistad con D. Álvaro Nieto, consideran que es necesario para la sanidad andaluza mantener a este directivo en su puesto más allá de los 67 años, concediéndole un privilegio que no está al alcance de ningún otro trabajador del SAS.

Esta intolerable discriminación, propia de regímenes basados en el amiguismo y alejados de los intereses de los ciudadanos, podrá estar apoyado en ingeniosos circunloquios legales, podrá incluso contar con el visto bueno de los asesores legales e incluso podrá ser ajustado a los términos que el contrato de trabajo de D. Álvaro Nieto tiene con el SAS, pero en cualquier caso es moralmente inadmisible, contraria a toda lógica y constituye otro agravio más, otro grave desprecio al colectivo de trabajadores de la Sanidad y especialmente al colectivo facultativo.

Y lo que es realmente lastimoso de todo esto, es que ya no nos sorprende. Estamos hartos de denunciar a la opinión pública este tipo de prácticas en nuestra Consejería de Salud que constituyen la esencia de su gestión.

Estamos, al menos así lo piensa nuestra organización, ante una de las mayores arbitrariedades cometidas por el SAS en los últimos tiempos (y ha habido muchas).

Llevamos meses intentado hacer recapacitar al SAS sobre este tema y pidiéndole una solución consensuada, pero por toda respuesta el SAS se ha limitado a hacer ímprobos esfuerzos para que este tema no fuera sacado a la luz. No tendrán la conciencia muy tranquila.

Comité Ejecutivo SMA