Traslados

¿El SAS no quiere el traslado?

Hace ya más de un año de la fecha comprometida y el SAS sigue demorando los traslados “sine die”. ¿Qué se oculta tras este retraso incomprensible? ¿Existen razones ajenas al simple cumplimiento de un derecho de los facultativos?

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En diciembre de 2016 se firmó un acuerdo que incluía la convocatoria de un gran traslado (al menos el 50% de las plazas a interinar) antes de finalizar el 2017.

Es tanto ya el tiempo de espera, son tantas ya las veces que se ha postergado la decisión, se han vertido tantas excusas, que empezamos a pensar que el SAS realmente está buscando la manera de no convocar el traslado prometido y firmado.

Y pensamos así no solo por esta demora de todos conocida sino porque una y otra vez el SAS ha demostrado que le importan muy poco las situaciones personales, los problemas de aquellos que llevan años separados de sus familias y a la espera de poder trasladarse; es más, cuando el SMA usa este argumento nos tachan de demagogos o populistas.

El número de plazas a traslado en los últimos años ha sido escasísima pero el SAS se ha aprovechado de esto y las plazas que han ido quedando libres se han cubierto con personal temporal (que es mucho más “dócil”, debido a su inseguridad).

El problema que la ausencia de traslados ha generado es tan grande que quizás esta administración prefiera no abordarlo y que sean otros quienes tengan que dar solución a este caos.

El SAS ha incumplido el acuerdo que firmó hace más de 1 año y ahora parece buscar una excusa y un responsable para no realizar la convocatoria.

Los hechos hablan por sí mismos, si el SAS hubiera tenido verdadera voluntad, ya habría convocado el traslado hace al menos un año. En lugar de eso, nos ha presentado una oferta absolutamente inaceptable, con un número de plazas insuficiente y muy mala distribución, existiendo oferta amplia en lugares donde no existe ninguna demanda y una escasa oferta en los lugares más demandados. Pero además nos presenta una propuesta de nuevo baremo que cambia a última hora las reglas de juego dando prioridad solo a los que hayan obtenido la acreditación profesional.

¿Y cuáles serían las consecuencias de este traslado en los términos propuestos por el SAS?

Para nosotros son obvias:

 Habrá muchas plazas que se quedarán sin cubrir pues, como hemos dicho, están en lugares que no han sido solicitados; el número de plazas realmente útiles en la oferta se verá reducido en un porcentaje considerable.

– En los grandes centros seguirá habiendo un alto porcentaje de interinos y temporales.

– Muchos compañeros que durante unos años han planeado sus actividades para obtener un baremo que les diera opción al traslado, se verán ahora relegados a puestos que no le dan opción debido al intempestivo cambio en dicho baremo. Estando la carrera profesional suspendida la mayoría de estos años, muchos compañeros no solicitaron la acreditación pensando que era inútil y solo unos pocos siguieron adelante.

– Se mantendrá además una discriminación importante con otros colectivos de empleados públicos para los que la antigüedad es el único mérito en los concursos de traslado.

– Y, en definitiva, seguirá manteniéndose una alta tasa de temporalidad en los grandes centros y muchísimos profesionales verán truncadas sus expectativas y se quedarán sin el derecho al traslado

Por todo lo dicho, estamos convencidos de que nuestra obligación es no dar apoyo a esta propuesta del SAS y decir NO a un traslado tardío, escaso y mal planteado. 

Sabemos que corremos riesgos con esta actitud porque es posible que el SAS intente que las cosas parezcan lo que no son. De hecho no nos extrañaría que el SAS pidiera unanimidad en la mesa sectorial aun sabiendo que esta unanimidad no es preceptiva. Incluso es posible que diga que no sacará el traslado si no firmamos la oferta. Pero el SAS sabe perfectamente que nuestra organización no va a traicionar a los facultativos firmando un traslado inaceptable tanto en cantidad como en planteamiento. Y también sabe que puede seguir adelante sin nuestra firma.

El SAS suele guardarse en estos casos una carta en la manga: si no le damos nuestro visto bueno dirá que el traslado no sale por culpa del Sindicato Médico y no por su nefasta gestión.

Esperemos que no use argucias de este tipo, pero si lo hiciera no vamos a ceder a este tipo de presiones ya usadas en otros casos. Nosotros queremos un concurso de traslados amplio, digno y sin postreros cambios en las reglas de juego, un traslado que dé respuesta a las legítimas expectativas de aquellos facultativos que llevan años esperando una oportunidad como ésta.

Por el contrario, la actitud del SAS parece más encaminada a dejar el problema sin resolver, a dejar un conflicto a la administración entrante, a no realizar ofertas que puedan desplazar a quienes ellos quieren mantener en determinados puestos, a ocultar su sistemático incumplimiento de lo pactado, a obviar las expectativas de los que siguen esperando y lo que es peor, parece querer hacerlo de forma que parezca que la culpa es de otros.

Pues dejémoslo claro antes de que los hechos puedan dar lugar a confusiones: “al SMA solo le mueve la defensa de los intereses de los facultativos andaluces, al SAS parece que solo le interesa perpetuar su nepotismo”.

No vamos a dar nuestro apoyo a lo que consideramos una injusticia. No con nuestra firma.

Fdo. Comité Ejecutivo SMA