Los Presupuestos Generales del Estado se limitan a poner “parches” en la precariedad del empleo.
CESM pide una entrevista con el ministro de hacienda para trasladarle sus propuestas en relación con el empleo y retribuciones de los médicos, así como con la financiación de la sanidad pública.
El comité permanente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha acordado solicitar una reunión con el ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, para expresar su preocupación por lo reflejado en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017 en relación con el empleo y retribuciones de los médicos, así como con la financiación de la sanidad pública.
Tras analizar el contenido de los PGE, en particular de su artículo 19, CESM se propone trasladar al Montoro los siguientes tres motivos de inquietud:
1 ) Los médicos no recuperan el salario perdido. El poder adquisitivo de los facultativos ha sufrido una merma de entre el 25 y el 30% desde que en junio de 2010 se llevó a cabo el primero de los recortes, que fue del 5% de media en el sector público pero a los médicos y titulados superiores nos supuso un 9% de pérdida porque nuestras pagas extraordinarias y trienios se rebajaron más de un 40% hasta quedar desde entonces insólitamente por debajo de lo que cobran por los mismos conceptos las categorías inferiores de diplomados y técnicos administrativos.
Frente a esta situación, la subida que se baraja es mínima, inferior incluso a la inflación de 2016 y la prevista para este año, por lo que los médicos, lejos de vernos compensados por el deterioro de nuestras nóminas desde 2010, puede afirmarse que continuaremos acumulando pérdidas retributivas. CESM no renuncia a la recuperar totalmente lo recortado hasta la fecha
2) El SNS también sigue infra-financiado. El sindicato considera igualmente insuficientes las partidas presupuestarias que reciben las Comunidades Autónomas para financiar los respectivos sistemas de salud, situación que es debida al hecho de que España no está haciendo el mismo esfuerzo que otras naciones europeas para cuidar la salud de sus ciudadanos. Es más: según las previsiones de gasto remitidas por el Gobierno a Bruselas, el porcentaje de PIB dedicado por el Estado a Sanidad seguirá cayendo del 6% actual (una décima menos que en 2016) al 5,6% en 2020. La nota de contraste la ofrecen países como Francia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda…, donde las partidas públicas se mantienen y oscilan entre el 8 y el 10% del PIB.
Si a estos recortes presupuestarios se une la creciente demanda de cuidados por, entre otras razones, el progresivo envejecimiento de la población, se entenderá que la notable credibilidad del SNS sólo se mantiene gracias a la entrega y, en cierto modo, explotación de sus profesionales. Pero ya hemos advertido que esta situación no puede prolongarse ni un minuto más. Tiene un límite, y los médicos ya lo estamos expresando a gritos.
3) Parches contra la temporalidad en el empleo. Lo reflejado en el artículo 19 del proyecto de PGE en relación con la consolidación del empleo público, y del de los médicos en particular, no es otra cosa que una serie de parches con los que se pretende maquillar el mal acuerdo que rubricó el Ministerio de Hacienda con los sindicatos de la mesa general de la Función Pública el pasado 29 de marzo.
Como CESM denunció en su momento, ese acuerdo queda lejos de las expectativas de los médicos, puesto que lo que pedimos es catalogar como estructurales todas las plazas eventuales ocupadas durante más de un año, llevar a cabo cuanto antes una gran OPE coordinada en todo el Sistema Nacional de Salud, realizar en adelante nuevas ofertas de empleo público con periodicidad bianual (precedidas en todos los casos de los correspondientes concursos de traslados) y acabar de una vez con la tasa de reposición.
Asimismo, ni en el mencionado acuerdo ni en los PGE la Confederación ve garantizada la movilidad a la que tienen derecho los profesionales del SNS.
Fuente: CESM