La oferta de empleo de 2023 vuelve a constatar el olvido de los médicos por parte del SAS

Los facultativos y, muy en particular, los médicos de Atención Primaria, necesitan que se ponga en marcha, y de manera urgente, medidas que atraigan y vinculen a nuevos profesionales al sistema público.

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Por alguna razón que desconocemos, haciendo gala de una estrategia que empieza a adquirir tintes suicidas, el SAS parece dispuesto a dejar morir la medicina pública.  

Algunas de las categorías en las que el SAS ha hecho un esfuerzo mayor para consolidar el empleo corresponden a los auxiliares de enfermería y a la propia enfermería. En el caso de esta última, el SAS ha sido particularmente favorable al incremento de las plazas ofertadas, recurriendo a criterios ventajosos que no han sido aplicados a otras categorías.

Sin embargo, si existe un grupo profesional en el que resulta urgente poner en marcha medidas que atraigan y vinculen a nuevos profesionales al sistema público, es sin duda el de los facultativos y, muy en particular, el de los médicos de Atención Primaria.

La hipertrofia de las plantillas de enfermería de Atención Primaria del SAS es un hecho que resultará notorio, incluso llamativo, para cualquier ciudadano que visite un centro de salud en estos días. Un hecho al menos tan llamativo como la escasez de médicos que percibirá y la dificultad que encontrará para conseguir una cita con el suyo. 

El SAS parece tener prisa por consolidar la plantilla de enfermería recientemente inflada. Por lo que pueda pasar. Lástima que no haya hecho gala de la misma flexibilidad para aplicar criterios dirigidos a paliar la grave escasez de los médicos de Atención Primaria. 

La estrategia desplegada por los actuales responsables de la Consejería de Salud resulta a estas alturas manifiesta. Su intención es reemplazar a los médicos por personal de enfermería, abaratando la prestación asistencial pública a costa de reducir su calidad y sustituyendo el verdadero conocimiento médico por la aplicación ciega de protocolos asistenciales por parte de profesionales sin la debida cualificación. Las víctimas de esta estrategia serán los ciudadanos.

Mientras la medicina pública languidece, el SAS sigue parapetado tras el eslogan, repetido hasta el hastío, de que no hay médicos, al que no duda en recurrir una y otra vez a pesar de que cada vez está más claro que se trata de una excusa desenmascarada por los hechos. 

Cuando vayan a un centro de salud y, en lugar de ser vistos por su médico, les ofrezcan ser atendidos por personal de enfermería, recuerden que no son víctimas de las circunstancias, sino de una estrategia deliberada. Un plan absurdo, costosísimo e ineficaz.

Comité Ejecutivo del SMA