Sobre la polémica pregunta MIR 2024: alguien tiene que pedir perdón
El insulto que representa esta pregunta no puede ser tolerado. Necesitamos saber quién la ha elaborado y que pida disculpas. Si no lo hacen por nosotros, la estirpe de los médicos psicóticos, lastres para el sistema público, háganlo por respeto a las personas honestas que siguen educando a sus hijos en el amor a su profesión y el respeto a los demás. No hace falta ser médico para creer en eso.
Una pregunta del MIR 2024 sugiere que un médico superado por la sobrecarga de trabajo tiene un trastorno de la personalidad.
La pregunta es la siguiente:
Un médico de 50 años que con frecuencia acumula retraso de 2 horas en la consulta, creando algún conflicto, aunque es el que tiene menor cupo de pacientes. Empieza su jornada laboral antes de la hora para planificar y adelantar su trabajo, pero siempre es el último en salir. Explica: «No soporto dejar algo a medias. Soy muy perfeccionista, tengo muchas cosas que hacer además de las visitas (burocracia, papeleos) y no tengo tiempo para nada más. No sé cómo lo hacen mis compañeros que tienen familia, aficiones… Yo no tengo tiempo ni para ir al gimnasio. Los fines de semana me quedo en casa, descansando. No tengo vida social». A la exploración se aprecia una preocupación por los detalles, el orden y las normas, una incapacidad para discernir lo que es urgente y prioritario de lo que no lo es, una conducta inflexible y una incapacidad para delegar. ¿Cuál de las siguientes seria la orientación diagnóstica?:
1. Trastorno esquizoide de la personalidad.
2. Trastorno narcisista de la personalidad
3. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.
4. Trastorno de la personalidad no especificado.
El marco conceptual que da pie a la pregunta constituye una acusación general. Si un/a médico/a acumula retrasos, se preocupa “por los detalles, el orden y las normas” y “crea conflictos”, él o ella es el único responsable. Más aún, tiene un trastorno de la personalidad.
No se ofrece al futuro médico especialista la opción de responder que los problemas de este médico se deben a que, para paliar la profunda crisis que vive la Atención Primaria, su Consejería ha puesto en marcha un programa de consultas “de acogida” que no funciona, financiado con cientos de millones de euros. No puede responder que ese despilfarro explica que la plantilla de médicos de su centro esté bajo mínimos, lo que lo obliga a atender agendas sobrecargadas. No puede responder que el maltrato histórico a su profesión ha expulsado de la Atención Primaria a miles de médicos y que por eso él se siente abandonado y desbordado.
Lo único que puede hacer el graduado en Medicina que opta a una plaza MIR es elegir qué trastorno de la personalidad tiene este médico perturbado, que crea conflictos y valora el orden y las normas en exceso. Este médico neurótico y perfeccionista, tan tonto que sacrifica su vida social porque le preocupa hacer mal su trabajo. O, por qué no decirlo, este médico torpe, que necesita demasiado tiempo para decidir si lo que padece su paciente podría ser grave. Este médico ingenuo, que se preocupa por la salud de las personas que confían en él. Este médico antisistema, que hace que a su gerente no le cuadren las cuentas. Este médico al que habría que echar o, ya que tal cosa no es posible, poner una pésima nota en el complemento de productividad para que aprenda.
Esta pregunta explica la muerte de la medicina de Atención Primaria. Quien la ha redactado comprende la esencia de nuestro modelo de gestión: Rellena el papel, no gastes y sé rápido. No pienses, que a ti nadie te paga por pensar. Soportar a los médicos empeñados en preocuparse por sus pacientes se le hace cuesta arriba al gran examinador que ha redactado esta pregunta, a este prócer de la Medicina de Familia, a este genio incomprendido que tiene que cargar cada día con el peso muerto de unos médicos trastornados por el mito de la deontología, a este sabio digno de compasión. Cuánta paciencia se necesita para soportar a estos médicos emocionalmente enfermos.
Pero basta de bromas. El insulto que representa esta pregunta no puede ser tolerado. Necesitamos saber quién la ha elaborado y que pida disculpas. Si no lo hacen por nosotros, la estirpe de los médicos psicóticos, lastres para el sistema público, háganlo por respeto a las personas honestas que siguen educando a sus hijos en el amor a su profesión y el respeto a los demás. No hace falta ser médico para creer en eso.