EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD NO PUEDE FUNCIONAR SIN MÉDICOS DE FAMILIA
Si no se atrae a los médicos a la Atención Primaria esta se quedará sin facultativos, algo que llevará al sistema sanitario público a una situación crítica.
Llevamos años denunciando la crisis de la medicina de Atención Primaria (AP). La respuesta de la Junta es siempre elusiva. O bien niegan el problema o lo atribuyen a causas externas y transitorias. Alegan falta de Médicos de Familia en Bolsa o reclaman al Ministerio más plazas MIR de Medicina Familiar y Comunitaria. Pero estos argumentos ignoran la raíz del problema.
Muchos médicos, sencillamente, no quieren trabajar en Atención Primaria. Aunque son médicos especialistas igual que sus compañeros de Atención Hospitalaria, se ven forzados a soportar enormes cargas de trabajo en un entorno burocratizado y carente de incentivos. Tienen una formación idéntica a la del resto de médicos especialistas, pero no obtienen el reconocimiento que corresponde a su nivel de responsabilidad y cualificación.
Nadie debería extrañarse de que muchas plazas MIR de Medicina Familiar y Comunitaria queden vacantes. Este año han sido 459 de un total de 2492 (18,4%). En Andalucía han quedado vacantes 64 plazas de las 434 ofertadas (14,7%). La situación ha sido peor en Castilla y León (81 vacantes de 190 plazas ofertadas) o Cataluña (98 vacantes de 371 plazas ofertadas). El problema afecta a todo el SNS.
Aumentar el número de plazas de la especialidad no es la solución. El próximo 24 de abril se ha convocado una sesión extraordinaria para intentar cubrir las plazas vacantes.
Pero nada garantiza que quienes las elijan acaben trabajando como Médicos de Familia en la sanidad pública. Muchos accederán más adelante a otras especialidades, o se irán a la sanidad privada o al extranjero. Si no se atrae a los médicos a la Atención Primaria esta se quedará sin facultativos, algo que llevará al sistema sanitario público a una situación crítica.
Es imprescindible revitalizar la práctica de la Medicina Familiar, no solo para evitar la fuga de médicos, sino, sobre todo, para que pueda cumplir la función esencial que le corresponde dentro del sistema sanitario público. La labor de los Médicos de Familia contribuye a la salud, el bienestar y la satisfacción de la población de manera infinitamente más barata y eficaz que el tratamiento hospitalario de la enfermedad avanzada.
Los Médicos de Familia son un elemento esencial del sistema sanitario público. Esta no es una declaración retórica, sino una verdad incuestionable. La escasez de Médicos de Familia genera una grave disfunción en la sanidad pública que está socavando la confianza de la población en ella y alentando el crecimiento de la medicina privada. ¿Quién querrá financiar la sanidad pública con impuestos cuando la mayoría de la población tenga un seguro privado?
Necesitamos más Médicos de Familia, pero les pagamos en concepto de Formación, Responsabilidad y Penosidad (FRP) menos que a cualquier otro profesional de la AP. ¿Les parece serio?
Resulta desesperante que, ante la situación actual, la Junta persista en su negación del problema y en su rechazo sistemático a nuestras reiteradas ofertas de negociación. Sus dirigentes serán los únicos responsables del desastre que se avecina.
Comité Ejecutivo del SMA