El Consejo Interterritorial de Sanidad se ha entregado a la demagogia partidista. Comunidades Autónomas y Ministerio de Sanidad se acusan mutuamente de no hacer lo suficiente para paliar la gravísima falta de médicos que la Atención Primaria española padecerá este verano.

El debate se ha centrado en los MIR de Medicina Familiar y Comunitaria de último año. Algunas comunidades proponen desplazarlos durante los meses de verano a los centros donde falten médicos. Algunas proponen incentivarlos económicamente, pero otras no. Hay quien pretende que trabajen sin supervisión, a lo que la ministra se opone indignada: «Nosotros vamos a asegurar la calidad de la formación de nuestros residentes”, ha dicho. No quiere que los residentes sean utilizados como “mano de obra barata”. A buenas horas.

La realidad, Sra. ministra, es que muchos de los médicos que trabajan hoy en Atención Primara son licenciados sin especialidad. Estos compañeros cobran más y tienen menos formación que los médicos residentes a los que teóricamente deben supervisar. Esto es injusto, pero la alternativa es peor. Si no contásemos con los compañeros sin especialidad, la medicina de Atención Primaria simplemente habría desaparecido en buena parte del territorio nacional. Si la ministra desconoce esta situación no está cualificada para el cargo. Si la conoce, debería dejar a un lado las poses y ponerse a trabajar en serio.

La ministra reprocha a las comunidades autónomas que no hayan elaborado a tiempo sus planes vacacionales. Al menos en el caso de Andalucía, tiene razón. Causa estupor que a estas alturas sigamos sin conocer el del SAS. La Consejería de Salud sabe que ya es tarde para buscar el auxilio del Consejo Interterritorial. Si acude a él no es en busca de soluciones prácticas, sino de argumentos para la lucha partidista.

Pretender que los MIR evitarán el colapso de la Atención Primaria este verano es ridículo. En Andalucía, las ofertas de interinidades del pasado verano a los Médicos de Familia que acababan de terminar la especialidad quedaron en su mayoría desiertas. Si médicos especialistas rechazaron estas ofertas cuando su alternativa era el paro, ¿qué les hace pensar que los MIR de último año las aceptarán? A fin de cuantas, las interinidades que les ofrezcan seguirán a su disposición en septiembre.

Naturalmente, si se espera que los MIR contribuyan a paliar este verano la falta de médicos, su esfuerzo habrá de ser incentivado económicamente. Pretender lo contrario es tomarnos el pelo. Pero la solución, como decimos, no está en los MIR. Apelar a ellos no es más que una forma de escurrir el bulto.

La solución a la crisis de la Atención Primaria pasa necesariamente por mejorar las condiciones laborales y retributiva de sus facultativos. Este peloteo irresponsable entre el Ministerio y las CCAA solo busca ocultar la falta de voluntad de ambas partes de abordar el fondo del problema.

El espectáculo que nos está brindando el Consejo Interterritorial, degradado a la categoría de sainete demagógico y electoralista, resultaría grotesco si no fuera porque la salud de la población está en juego. Por eso es trágico.

Comité Ejecutivo del SMA