Presupuesto

Muchas dudas en los presupuestos 2020. ¿Dónde se gasta? ¿Hay agujeros negros?

Si analizamos los presupuestos del SAS y la Consejería de Salud de los últimos años (incluido el del 2020) podemos encontrar datos muy significativos y en algunos casos difíciles de explicar. A la falta de inversión, se une la falta de transparencia.

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Si atendemos solo a lo que la Junta de Andalucía comunica oficialmente a los medios, tendríamos que concluir que la inversión en sanidad ha crecido mucho en los últimos años, que la partida dedicada a retribuir al personal también ha mejorado proporcionalmente y que, en general, cada vez se invierte más y mejor en Sanidad.

Sin embargo, el estudio detenido de los presupuestos y datos oficiales nos ofrece serias dudas sobre las afirmaciones anteriores, además de resultar francamente complicado por lo heterogéneo de los datos que la Administración ofrece.

Por ejemplo, el incremento de la partida que se dedica al capítulo I en el SAS ha de correlacionarse con el incremento de efectivos para saber si el aumento en la inversión se debe solo al aumento de plantilla o si incluye alguna mejora salarial. Pero los datos que la Administración ofrece son indescifrables, en las Memorias Estadísticas de la Consejería de Salud no ofrecen datos específicos del SAS, en la página web del SAS solo existen datos de los años 2016 – 2018 y se refieren a la “media anual de efectivos” y en los presupuestos de la Junta de Andalucía solo existe un anexo de personal en los años 2019 – 2020 y parece entenderse que se refiere solo a plazas estructurales, descartando a los eventuales.

Resulta pues realmente complicado hacer un análisis objetivo e imparcial cuando los datos de que disponemos son tan poco claros, por lo que nos limitaremos (una vez dejada constancia de la escasa transparencia en los datos) a analizar solo aquellos que, estando publicados en medios oficiales, ofrecen la homogeneidad necesaria para permitir comparaciones y análisis de crecimiento.

Según los datos publicados en el BOJA, en 2020 el porcentaje de gasto en sanidad con respeto al presupuesto global cae 0,40 puntos con respecto a 2019, situándose en un valor muy parecido al de 2018 (en 2018 era un 28,01 y en 2020 un 28,09). Esto muestra que la importancia concedida a la Salud por esta Administración es similar a que le otorgaba la Administración anterior, hasta el punto de que la inversión en este ámbito no solo queda lejos de los niveles de 2010 o 2011, sino que se frena el crecimiento de la inversión iniciado en 2017. Concretamente, el porcentaje de aumento en este concepto en el bienio 2017/2018 fue de un 10,95%, mientras que en el bienio 2019/2020 ha sido únicamente del 10,86%. Este dato es particularmente llamativo por cuanto en 2020 el Presupuesto Andaluz ha crecido un 5,60%, mientras la partida destinada a Salud crece solo un 4,12%.

Llama sin embargo la atención que partidas como la dedicada a la Alta Dirección de la Junta de Andalucía que, mientras que en el bienio 2017 – 2018 solo había aumentado un 2,56%, en el bienio 2019/2020 llega a alcanzar un crecimiento del 45,67%. Es cierto que esta partida es pequeña en el global del presupuesto, pero para nuestra organización es incomprensible que su crecimiento sea 4 veces mayor que el de sanidad.

Por lo que se refiere a las retribuciones del personal, este año 2020 es el primero, desde 2015, en que esta partida crece por encima de lo que crece el presupuesto de la Consejería de Salud. Concretamente, supera en 0,93 puntos el crecimiento del presupuesto de Salud. No obstante, si tenemos en cuenta que, según la Ley de Presupuestos, la plantilla del SAS ha aumentado casi 2.000 personas en este último año (concretamente ha pasado de 92.730 a 94.341), debemos concluir que el crecimiento relativo vuelve a situarse por debajo del crecimiento presupuestario global en sanidad.

Aún con todo lo anterior y suponiendo que el gobierno central decida subir el sueldo a los funcionarios un 2% en el año 2020 (cosa muy poco probable), entendemos que con la citada subida del 0,93% (unos 200 millones) debiera quedar margen suficiente para haber dado un paso importante hacia la equiparación salarial de los profesionales sanitarios andaluces en general y de los facultativos en particular. Esta Administración, por el contrario, ha preferido priorizar otras cosas, su apuesta por la sanidad parece un brindis mediático al sol que no soporta el más mínimo análisis crítico.

En definitiva, continuamos con campañas propagandísticas en las que se ofrecen datos muy incompletos y sesgados para hacer aparecer a la Sanidad como la gran apuesta de esta Administración, pero detrás de todas estas puestas en escena solo hay continuismo. Las tendencias son las mismas que las de sus predecesores y continuamos siendo la comunidad autónoma que menos porcentaje del PIB per cápita invierte en Sanidad.

Eso sí, esta nueva gerencia se ha volcado en reuniones con todos los colectivos para pedir paz social (todas ellas aireadas en medios para dejar clara su “aparente voluntad de diálogo”). Se ha reunido con todos, con quienes representamos legalmente a los trabajadores en cuestiones laborales y con quienes los representan en temas profesionales o con aquellos que se ocupan de temas científicos, incluso con aquellos que se arrogan una representatividad inexistente. Y en todas esas reuniones sus planteamientos han sido idénticos: “necesitamos paz social y confianza en que a partir de ahora haremos lo que hasta ahora os hemos negado”.

Argumenta que las concentraciones o manifestaciones no son buenas para la Sanidad Andaluza. Parece que su única intención es callarnos y evitar que dejemos patente que lo verdaderamente lesivo para nuestra sanidad es la falta de inversión y la miopía gestora.

Comité Ejecutivo SMA