Diferencias autonómicas de casi el doble en el cupo de primaria.
Castilla y León cuenta 924 tarjetas de media por médico frente a las 1.718 de Baleares. Además, el 41 por ciento de los médicos españoles tienen asignados más de 1.500 pacientes.
El problema no es nuevo, pero tampoco mejora con los años. El Ministerio de Sanidad hizo públicos este verano los datos de tarjetas sanitarias (TIS) asignadas a cada médico de atención primaria y las cifras muestran diferencias regionales de casi el doble en el cupo de pacientes, que no cabe atribuir exclusivamente a cuestiones sociodemográficas. Castilla y León sería la autonomía con menor número medio de tarjetas asignadas a cada médico, 924 TIS, frente a casi el doble en Baleares donde, de media, cada médico de primaria tiene un cupo de 1.718 pacientes.
En conjunto, la media nacional se sitúa en 1.381 tarjetas por médico, lo que representa un ligero descenso de la presión asistencial respecto a hace cinco años, cuando se situó en 1.398 tarjetas. Las cifras estarían en línea con las 1.300-1.500 tarjetas que recomiendan como cupo máximo las sociedades de atención primaria, una horquilla necesaria en función del mayor o menor envejecimiento de la población asignada o la dispersión poblacional.
Sin embargo, se trata de medias y las medias acostumbran a ser engañosas. Por eso, las cifras ministeriales aportan también datos del número de médicos que tienen cupos menores a 500 tarjetas, los que tienen entre 1.000 y 1.500, los que superan las 1.500 y los que incluso superan las 2.000 tarjetas.
Y las cifras sobre esta cuestión revelan que el 41 por ciento de los médicos españoles superan el límite máximo recomendado de 1.500 tarjetas asignadas y, en algunas autonomías como Madrid, hay ya incluso más médicos que superan las 1.500 TIS que los que cumplen las recomendaciones de las sociedades científicas.
Cuando se cumplen ahora diez años de los primeros borradores de la Estrategia AP21, el plan nacional que Ministerio y autonomías trazaron para relanzar la atención primaria, los retos pendientes son todavía muchos. Y en lo que se refiere a sobrecarga asistencial y desigualdades autonómicas en los cupos, hace tan sólo unas semanas que Semfyc proponía en un estudio sobre el futuro de la AP la necesidad tener en cuenta aspectos socioeconómicos y de dependencia en los umbrales del cupo de pacientes por médico y no superar las 1.500 tarjetas, recomendaciones ya hechas hace diez años pero que no parecen terminar de cuajar en la práctica real a la luz de los nuevos datos ministeriales.
Comoquiera que sea, las cifras publicadas sí ofrecen otros datos para el optimismo: pese a los recortes económicos, el número de médicos de Familia ha crecido en los últimos cinco años, desde los 27.731 en 2010, a los 28.240 en 2015. Pero, de nuevo, con grandes diferencias, desde la caída del 4,6 por ciento del número de médicos de Familia en Castilla-La Mancha o del 4 por ciento en La Rioja, al alza del 10,9 por ciento en Canarias o del 8,3 por ciento en Cantabria.
Fuente: Diario Médico