Aumenta la presión sobre la Atención Primaria.
Desde las redes sociales se anima a la población a presionar al Médico de Familia para que expidan certificados que eximan de usar la mascarilla. Igualmente aumentan la presión para la consulta presencial y las quejas por las demoras.
Una vez más la Atención Primaria se sitúa en el centro de la polémica y sufre las consecuencias de una situación de la que no es responsable. La situación de precariedad en la que muchos médicos de familia han venido desarrollando su labor en los últimos años es de todos conocida y ha sido denunciada por nuestra organización en múltiples ocasiones; sin embargo, y a pesar de ello, nadie puede dudar del importante y decisivo papel que han tenido y siguen teniendo en el control de esta crisis sanitaria.
Los médicos de familia (como el resto de facultativos) han arriesgado su salud en visitas domiciliarias o en atención a las urgencias, han trabajado a destajo y sin horario en las consultas y seguimiento telefónico y han contribuido a evitar peligrosas aglomeraciones en las salas de los centros de salud. Es cierto que a consecuencia del estado de alarma y las medidas de protección, ha podido aumentar la demora en la atención o se ha priorizado la consulta telefónica pero estas medidas han sido tomadas por las autoridades sanitarias para contener la pandemia y proteger tanto a pacientes como asanitarios.
No es razonable ni entendible que los aplausos hayan dado paso en muchos sitios a la crítica infundada o a la presión constante de quienes piensan que, aun siendo leve su patología, deben ser atendidos presencialmente y sin demora, de quienes entienden que ya no hay motivos para tomar precauciones frente a la pandemia.
La prudencia y la responsabilidad han sido claves para el control de esta primera ola de la pandemia, no podemos favorecer la aparición de una segunda con actitudes egoístas e irresponsables y, por supuesto, no podemos admitir de ninguna forma la presión sobre quienes han demostrado un nivel de compromiso y responsabilidad tan alto con la salud de los ciudadanos.
Pero además, en los últimos días hemos sido testigos de una nueva forma de presión que incluso está siendo fomentada a través de las redes sociales. Se trata de recomendaciones que instan a la población a exigir al médico un certificado que les exima del uso de la mascarilla. En estas publicaciones se llega incluso a recomendar que se advierta al médico de que se va a cursar una reclamación contra él como método de presión.
Desde nuestra organización queremos mandar un mensaje de ánimo y apoyo al colectivo de la atención primaria a la vez que instamos a denunciar este tipo de presiones. Tomaremos cuantas medidas sean necesarias para defender y proteger a nuestros compañeros frente a la insensatez de unos cuantos irresponsables.
Estamos muy orgullosos de nuestra profesión, hemos dado un ejemplo de solidaridad y capacidad de trabajo y no vamos a permitir que nadie socave nuestra imagen ni ponga en riesgo nuestra integridad profesional.
La atención primaria es vital para la sanidad pública andaluza y desarrolla su labor siempre con un criterio y rigor profesional fuera de toda duda. Todo lo demás son panfletos malintencionados de quienes solo pretenden beneficiarse poniendo en riesgo a los demás.