Marzo de 2020: se decreta el Estado de Alarma por la crisis sanitaria del Covid-19. Con los colapsos se pone de manifiesto las carencias del sistema sanitario público por falta de profesionales, de material y de inversiones. Se pide ayuda a la población para contener y evitar colapsos en los servicios sanitarios. Se contrata a personal que nunca se hubiese pensado hacer. 

Aplausos a las 20 horas como Bálsamo de Fierabrás para aletargar y anestesiar el malestar del personal al que han enviado a las trincheras sin un solo fusil. A pecho descubierto. Estrés sin recompensa. Jornadas maratonianas. Aislamientos de la familia. Facultativos cayendo a diestro y siniestro, sin quedar cegados a pesar de los intentos estériles de la Administración, viendo por dónde venían las balas y los engaños, pero sin armas para nuestra defensa. Bolsas de basura como uniforme de guerra. Redes sociales como terapia para el desahogo.  

Y ahora, pasada la primera ola del ataque enemigo, vendrá el fuego amigo. La vida sigue igual. Nada cambió. La Administración volverá a tratarnos igual que antes. Este virus no cambió la política. Dejarán de contratar lo que fue necesario y que “ahora ya no lo es”, volverán los recortes, volverán. 

Volverán a insultarnos, a amenazarnos y a pegarnos en las consultas, volverán. De héroes a villanos, los aplausos se convertirán en bofetadas a los facultativos. Dejad de aplaudir. 

No queremos más aplausos, queremos reconocimiento, respeto, dignidad profesional, laboral y retributiva. No queremos paños calientes, queremos soluciones. 

Después de decirnos lo buenos que hemos sido los facultativos en esta crisis sanitaria, y todas las vidas que hemos salvado, volverán, como ya hicieron, a recortarnos el sueldo. Volverán. 

Tiempo faltará para que alguien diga que esto no ocurrió así y que el sistema sanitario público no ha hecho aguas y que no se necesita reforzarlo ni aumentar en inversiones. 

Los profesionales sanitarios hemos sido el sustento para la salida de la crisis sanitaria, aún no resuelta, y seremos los salvadores de Hacienda, una vez más, bajándonos el sueldo. Servimos para todo, para curar y para ahorrar. 

Volverán a tratarnos como hasta ahora, volverán. No tengáis la menor duda.

Comité Ejecutivo SMA