La figura de las guardias localizadas, durante las cuales el médico está disponible para acudir al hospital si es requerido para atender una urgencia, carece de regulación específica en Andalucía. Este hecho se traduce en una situación de sobrecarga y precariedad laboral y retributiva que podría llevar al colapso a algunas unidades médicas.
Lo único que establece la normativa andaluza en relación con esta modalidad de guardia es su retribución, 13,08€/h en días laborables y 14,24€/h en fines de semana y festivos, es decir, la mitad de la retribución correspondiente a una guardia de presencia física.
Es habitual que durante estas guardias se requiera la presencia del médico en el centro, a menudo en varias ocasiones y durante periodos prolongados. Sin embargo, en tales casos el profesional no percibe ninguna retribución adicional ni tiene derecho al descanso en el saliente de guardia. Ni siquiera se le consigna el tiempo trabajado en el sistema informático a efectos de cómputo de jornada.
Otras comunidades autónomas poseen una regulación específica para estas situaciones, de modo que, a partir de cierto tiempo trabajado, la guardia es retribuida como una de presencia física y se genera el derecho a saliente de guardia. En Andalucía, sin embargo, el médico de guardia localizada que es requerido para realizar una cirugía urgente a las 2 de la madrugada y termina a las 6, cobra 13 € por hora trabajada y comienza su jornada ordinaria en quirófano dos horas después, a las 8 de la mañana.
La guardia localizada se ha convertido en una forma de explotación del facultativo que el SAS no solo se niega a regular, sino que usa cada vez más. A menudo es la figura utilizada para cubrir servicios clave como, por ejemplo, la asistencia urgente al ictus en las unidades de Neurorradiología Vascular Intervencionista.
La negativa del SAS a poner fin a esta situación contribuye al desaliento de unos profesionales que ven cómo, después de años de formación y entrega a su profesión, perciben unas retribuciones y soportan unas condiciones de trabajo impropias de su nivel de responsabilidad y cualificación. Muchos de ellos seguirán abandonando el sistema Sanitario Público Andaluz en busca de más respeto y reconocimiento.
El SMA viene reclamando desde hace años la equiparación de las guardias localizadas con las de presencia física cuando el médico realiza asistencia de manera presencial durante un periodo de tiempo significativo. Hasta ahora, no hemos tenido respuesta. Por desgracia, también en esta materia tendrá que producirse un deterioro grave de la asistencia a la población para que el SAS de decida a actuar.
Para todo anterior, instamos al SAS públicamente a que regule de una vez por todas la figura de la guardia localizada y evite el deterioro de servicios médicos clave cuyo funcionamiento depende de ello.
Comité ejecutivo del SMA