Hace ya un año que venimos luchando en dos frentes muy distintos: la lucha contra esta implacable pandemia y la lucha contra esta insensible y autoritaria Administración. La primera de estas batallas nos tiene a todos al borde de la extenuación física y psicológica pero al menos obtenemos la recompensa del cariño y reconocimiento por parte de aquellos a quienes cuidamos. La segunda es, sin embargo, mucho más ingrata y nos hace sentirnos  minusvalorados, despreciados e impotentes ante una Administración que continuamente desoye y malcuida a quienes están en primera línea.

Una muestra de ello es la lucha que el SMA lleva desde hace meses para que la covid-19 sea considerada enfermedad profesional. Hemos escrito artículos en web, emitido comunicados de prensa, hemos dirigido escritos al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, al Ministerio de Sanidad y a la Consejería de Salud, hemos mantenido reuniones con la dirección del Instituto Nacional de la Seguridad Social, hemos solicitado a la Dirección General de Personal del SAS que tramite de oficio la solicitud de cambio de contingencia a la Seguridad Social, hemos diseñado estrategias para que los afectados presenten por registro una solicitud oficial pidiendo dicho cambio; en fin hemos recurrido a todos los medios a nuestro alcance para presionar a la Administración a adoptar medidas de protección de sus profesionales sin que hasta ahora hubiéramos conseguido que nuestra reivindicación fuera tenida en cuenta.

Han hecho falta sin embargo, un año de pandemia, miles de sanitarios contagiados y decenas de ellos fallecidos para que el Gobierno se plantee por fin  que la covid-19 debe ser considerada enfermedad profesional. Durante este tiempo hemos tenido que soportar afirmaciones tan ofensivas como las de algunos políticos que afirmaban que los profesionales sanitarios se contagiaban en su vida privada y negaban la evidente desprotección que sufrían en la atención a los pacientes covid.

Llega pues tarde esta decisión, llega con un retraso insultante pero al menos hoy parece que definitivamente llega. Hemos pues de lamentar la inaceptable demora y celebrar la llegada de esta norma aunque sea con un año de retraso.

Esperemos que el Gobierno no vuelva a cometer el mismo error que en abril de 2020 y redacte esta nueva normativa de forma clara e incluyendo sus efectos retroactivos, esperemos también que en futuras ocasiones no sea necesario pagar este elevado coste en salud de los profesionales antes de que la Administración tome decisiones para protegerlos y cuidarlos y esperemos por último que nos permita centrar todos nuestros esfuerzos en la lucha contra la enfermedad covid-19 y en la protección de la salud, en lugar de tener que dedicar parte de ellos a luchar contra una Administración insensible que no se preocupa de los que estamos en primera línea.

El reconocimiento de la covid-19 como enfermedad profesional en los sanitarios era ya un asunto indemorable y hacerlo con carácter retroactivo será de justicia.

Comité Ejecutivo SMA