Covid 19 y

EL MALESTAR CRECE ENTRE LOS FACULTATIVOS ANDALUCES POR LA FALTA DE EQUIPOS DE PROTECCIÓN.

La falta de mascarillas y equipos de protección junto con la desatención de las facultativas embarazadas y la ausencia de medidas organizativas que eviten un contagio masivo dentro del mismo servicio hacen crecer el malestar y la inquietud entre los médic

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La falta de mascarillas y equipos de protección junto con la desatención de las facultativas embarazadas y la ausencia de medidas organizativas que eviten un contagio masivo dentro del mismo servicio hacen crecer el malestar y la inquietud entre los facultativos andaluces.

La profesionalidad y entrega con que los facultativos andaluces estamos haciendo frente a la pandemia por el Covid-19 nos parece incuestionable. Así lo ha entendido también la población, que nos ha emocionado con sus aplausos y sus muestras de agradecimiento, y a la que damos sinceramente las gracias.

Nuestra lealtad a la Administración sanitaria autonómica y nacional es absoluta. No vamos a hacer o decir nada que permita dudar de nuestro sentido de la responsabilidad o debilite la confianza de la población en quienes tienen que asumir la difícil tarea de gestionar esta crisis. Nuestros gobernantes pueden contar con nosotros.

No obstante, existen incidencias relevantes que deben ser afrontadas y solucionadas cuanto antes, pues afectan al elemento esencial para afrontar la pandemia: los profesionales. Veamos las más importantes:

1. Escasez de equipos de protección individual (EPI) adecuados. La escasez de equipos de protección es generalizada en el SAS, y la respuesta a esta escasez por parte de algunos cargos intermedios no puede ser más desacertada. Podemos entender que existan limitaciones de suministro que escapen del control de los responsables de la sanidad andaluza, pero instar a los profesionales a reutilizar material desechable o a ignorar los protocolos de seguridad nos parece intolerable. Más aún si tenemos en cuenta que la mayoría de los empleados que nos atienden en los establecimientos que permanecen abiertos llevan puesta una mascarilla FFP2.

No cabe duda de que los protocolos deben ser respetados y en la situación de presión y sobrecarga que vivimos no podemos aceptar que se intente compensar la escasez con coacciones. Por otra parte, como hemos publicado en otra nota anterior, existen dudas razonables acerca del papel del contagio por pacientes asintomáticos, en especial cuando se realizan determinadas técnicas invasivas, y nuestro deber es exigir que ante la duda se proporcione al profesional el nivel de protección más alto posible.

También existe escasez de test diagnósticos e incluso de material para tomar las muestras biológicas para realizarlos. Estos problemas no son únicamente andaluces y seguramente tienen que ver con la expansión del contagio por todo el mundo, pero debemos insistir en la necesidad de que se adopten cuanto antes medidas para paliarlos.

Es muy importante para intentar hacer frente y poder solucionar este problema que los profesionales que os estéis viendo obligados a trabajar con equipos de protección inadecuados, hagáis uso de un documento de comunicación de riesgo ya cumplimentado que ponemos a vuestra disposición y que debéis presentar a vuestro cargo intermedio para que adopte las medidas de protección adecuadas. En el caso de los profesionales de las 5 Agencias Públicas Sanitarias, deberéis ajustar este documento al modelo propio de cada Agencia.

2. Confusión y retraso en la tramitación de la prestación por situación de riesgo en el embarazo. Las embarazadas encuentran problemas en la mayor parte de Andalucía para pasar a situación de riesgo en el embarazo y abandonar su puesto de trabajo y su exposición al contagio. En muchos casos se las conmina a dirigirse al Médico de Familia y solicitar la baja por enfermedad común, algo que nos parece injustificable. Este colectivo de riesgo debe ser alejado de inmediato del riesgo de contagio, igual que los facultativos especialmente sensibles a los riesgos biológicos, para lo que la Dirección General de Personal debería emitir una orden expresa que no dejara lugar a dudas.

3. Ausencia de medidas organizativas que eviten un contagio masivo dentro del mismo servicio. En el Sindicato Médico Andaluz tenemos constancia de que en algunas categorías se han creado grupos de trabajo y “retenes” que permiten que algunos trabajadores queden a salvo del contagio mientras otros están expuestos en su lugar de trabajo, de modo que el contagio, en su caso, no afecte a la mayoría de los miembros del servicio. Sin embargo, esta medida no está siendo adoptada n el caso de los facultativos. La actividad programada permanece casi sin modificaciones en muchos centros. Esperemos que esto no nos lleve a una ausencia dramática de profesionales en los próximos días. 

4. Modificación del organigrama de trabajo de algunos servicios para reducir la actividad realizada en jornada complementaria. Existen servicios en los que la atención continuada o el refuerzo que se realiza fuera de la jornada ordinaria, y que representa una retribución adicional a las retribuciones fijas, han sido reducidos o eliminados. En algunos casos estos recortes, llevados a cabo al amparo de la reorganización del trabajo requerida por la pandemia, se han producido en servicios tan sensibles en este momento como las Unidades de Cuidados Intensivos.

Hubiésemos preferido no tener que comunicar estas quejas, pero nuestra lealtad al sistema sanitario, a la población y a nuestra Administración, que nadie debe poner en duda, no puede hacernos olvidar nuestro deber de proteger los derechos de los facultativos.  

Comité Ejecutivo SMA