Las unidades de atención temprana infantil, uno de los programas estrella del Gobierno de Susana Díaz en materia de sanidad, arranca con problemas y bajo la sospecha de enchufismo y trato de favor.

La convocatoria por la cual el Servicio Andaluz de Salud (SAS) pretende cubrir las plantillas de estas unidades -creadas en virtud de un acuerdo con los sindicatos y la Junta de Andalucía- ha terminado en los tribunales después de que el Sindicato Médico Andaluz haya presentado una demanda en el juzgado en la que cuestiona la legalidad del procedimiento.

Según informó el Sindicato Médico de Málaga (SMM), los elegidos para cubrir las 22 plazas eventuales que ha creado el SAS para estas unidades se habrían beneficiado de un supuesto trato de favor, aunque no sería ésta la única ilegalidad que advierten y que han puesto en manos de un juez.

De acuerdo con la denuncia, las plazas podrían haber estado adjudicadas de antemano. Eso es, al menos, lo que sospecha el sindicato médico basándose en que poco antes de que se hiciese pública la convocatoria de puestos de trabajo, la administración sanitaria organizó unos cursos específicos sobre atención temprana. «En plenas vacaciones», subraya el Sindicato Médico de Málaga, que añade que es «algo muy sospechoso», sobre todo porque el número de plazas de dicho curso es el mismo que las que ofertó acto seguido el SAS.

Para ser exactos, la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) oferta el curso a finales del mes de julio, apenas un mes antes de que, el 29 de agosto, el Servicio Andaluz de Salud ponga en marcha la convocatoria de plazas de personal eventual para las unidades de atención temprana, once de psicólogos y otros once de pediatras en todas las provincias.

La demanda, ante la jurisdicción de lo Contencioso-Administrativa, no sólo denuncia estas irregularidades. Además, incide en que se ha cometido una ilegalidad manifiesta al permitir que a las plazas eventuales opten profesionales que ya tienen una plaza en propiedad, algo totalmente prohibido, según destacaron fuentes del Sindicato Médico de Málaga.

De hecho, tres de los nueve médicos que ya han tomado posesión de sus puestos en atención temprana tienen una plaza fija en la misma especialidad.

«Es decir, aceptan un propietario de una plaza fija de la misma categoría para cubrir un puesto temporal y esto lo llegan a aceptar en una resolución final. Es algo totalmente ilegal y contrario a toda la normativa sanitaria de la administración pública», sostiene el SMM.

Más aún, añaden que no sólo va contra la normativa andaluza, sino incluso de la del sistema nacional de salud.

La demanda reclama además al juez de lo Contencioso que dicte medidas cautelares en tanto se resuelve el litigio: que paralice el procedimiento de adjudicación de las plazas eventuales en las unidades de atención temprana infantil.

Con este modo de proceder, critica el sindicato, se produce «no sólo una desigualdad a la hora de acceder a un puesto de trabajo público sino que provoca que no se generen nuevos puestos de trabajo para gente joven que quiera acceder al SAS; en vez de eso los otorgan, de forma ilegal además a gente ya más congraciada, al parecer, con los convocantes de las plazas.

De esta manera no se crean tampoco plazas vacantes (interinidades), que es el empleo estable y de calidad, sino que tratan de hacer una chapuza maquillada con un intento fallido de transparencia para saltarse todas las reglas básicas del Derecho Público, con impunidad y prepotencia».

Pero el sindicato no está solo en su denuncia, a la que en breve se van a sumar profesionales a título particular que se sienten perjudicados por lo que ha sucedido.

Esta misma semana, un pediatra de Málaga tiene previsto presentar una demanda similar a la del SMM, que hace hincapié en la «prepotencia» y la «impunidad» que parecen haberse instalado entre los responsable de la sanidad pública andaluza.

Asimismo, resaltan la «falta de transparencia» de todo el procedimiento, que, con todo, aún no se ha completado. Sólo se han adjudicado las plazas de pediatras, precisamente por las críticas entre los psicólogos.

Fuente: El Mundo