El día 20 acudimos a una reunión virtual en la Consejería de Salud sin conocer el motivo exacto de la cita ni saber el orden del día previsto, en ningún caso se nos dijo que asistíamos a ninguna mesa sectorial ordinaria ni extraordinaria.

En dicha reunión el gerente del SAS nos informó sobre los aspectos importantes de una próxima «vuelta a la normalidad» que se estaba planificando. 

Cómo suele ser habitual no se nos había aportado ninguna documentación previa al respecto, aunque ya circulaba por redes sociales un documento titulado «Plan normalizado de trabajo». Unas horas más tarde a esa supuesta mesa sectorial recibimos un correo en el que se nos facilitaba un documento con distintas actuaciones para la ‘vuelta a la normalidad» y que ha resultado ser el mismo que estaba ya circulando.

Desconocemos si tal como dice la administración se trata de un documento en borrador o si por el contrario, al estar firmado electrónicamente, se trata de un documento definitivo pero, en cualquier caso, creemos que se trata de un documento retórico e impreciso del  que tampoco conocemos qué trayectoria va a seguir, es decir, no sabemos a qué organizaciones se va a facilitar, quiénes van a tener oportunidad de modificar el documento o cuál será la metodología para la confección del documento final.

Este documento no cuantifica los recursos necesarios ni define los cronogramas con exactitud, ni concreta los circuitos que se van a establecer o las necesidades requeridas para todo esto.

Tampoco va acompañado de una memoria económica que cuantifique los gastos que necesariamente conlleva y que nos dé una idea de su viabilidad.

El SMA lamenta no haber dispuesto de este documento con suficiente antelación y disponer de muy poco tiempo para hacer aportaciones o comentarios, pero sí nos gustaría dejar claro que un documento de vuelta a la normalidad tras esta situación de crisis pandémica debe de incluir necesariamente el cuidado de los profesionales sanitarios, aunque no tenemos mucha confianza en que nuestras sugerencias sean recogidas.

Necesitamos un plan exhaustivo para diagnosticar el estado de inmunidad de los profesionales antes de incluirlos en ningún plan que suponga mayor contacto entre ellos y los pacientes.

Necesitamos comprobar que esas compras que continuamente nos comunican se han hecho efectivas y se dispone de material de protección suficiente y circuitos adecuados para su entrega antes del inicio de la «vuelta a la normalidad».

Necesitamos un plan que garantice el respeto a las condiciones laborales de los profesionales y a sus retribuciones en base al esfuerzo ímprobo que han venido realizando y que van a tener que continuar haciendo.

Y echamos en falta que no exista ningún gesto de reconocimiento a estos profesionales ni se proponga ninguna medida de incentivación o ninguna propuesta para facilitar la vuelta a la conciliación familiar y laboral y a la recuperación de esa conciliación perdida.

En definitiva, consideramos que sigue sin tenerse en cuenta a los verdaderos protagonistas en la lucha contra el coronavirus y reiteramos lo ya comentado en otras ocasiones: no necesitamos más declaraciones de buenas intenciones sino hechos concretos y comprobables.

Comité Ejecutivo SMA