Hoy en diariocordoba.com se pueden leer unas declaraciones de SATSE Cördoba en las que se afirma que los médicos no cumplen los horarios, que la administración los sobreprotege y vuelven a insistir en que existen suficientes médicos y sin embargo muy pocos enfermeros.  

Como siempre ha sido nuestra política, no vamos a entrar a discutir lo que en ellas se afirma, no merece la pena y sería además concederles una veracidad e importancia que no tienen. Una vez más las palabras se desacreditan por si solas y muestran con descaro el trasfondo obsesivo que las motiva.

Tan solo nos gustaría hacer una reflexión al respecto porque empezamos a estar un poco hartos de tanto “ataque gratuito”, de tanta irresponsabilidad en quienes deben dirigir una organización cuyo legítimo fin es defender los intereses laborales de su colectivo y en absoluto empeñarse en desacreditar o fastidiar al resto de colectivos que viajan con ellos en esta Sanidad Pública que tanto nos preocupa. Ahí va:

Estamos hartos de ver lo patético que resulta ver a los jugadores o directivos de un equipo de fútbol buscar excusas que justifiquen su derrota. “Es que el equipo contrario no había regado el campo y jugaba con ventaja”, “Es que el calendario nos perjudicaba”, “Es que …”. 

Este tipo de argumentaciones cuando son puntuales pueden tener algún crédito, pero sin embargo cuando son reiterativas siempre nos hacen pensar a todos que seguramente a ese equipo le iría mejor si deja de buscar la causa de sus desgracias en el otro  y se preocupan más del suyo propio.

Cuantas veces hemos pensado lo ridículo que era aquel compañero de clase que continuamente (y habitualmente sin razón) se quejaba y culpaba al otro de su situación: “Seño, Seño, ¿Por qué no castiga a mi compi de pupitre que está hablando y me distrae?”

Por enésima vez vamos a dejar clara nuestra postura: En nuestro colectivo de facultativos existen también muchas situaciones que nos hacen sentirnos maltratados y discriminados con respecto a otros. Siempre que esto ocurre intentamos luchar contra lo que consideramos una injusticia de cualquiera de las formas que el estado de derecho nos ofrece. Pero nunca lo hacemos desacreditando a otros colectivos, jamás recurrimos a la fácil rabieta comparativa. No nos parece digno de aquellos a quienes represantamos. Nuestro colectivo jamás nos perdonaría si actuaramos de una forma tan poco elegante.

Sin embargo, para algunos colectivos (el SATSE córdoba por ejemplo) la culpa de todas las desgracias que puedan ocurrir siempre es de los médicos. No encuentran otra motivación que echar tierra encima nuestra.

En fin actitudes patéticas siempre habrá, ¿Qué le vamos a hacer? Estamos desgraciadamente ya muy acostumbrados a la tan manida frase de los que no encuentran otra forma de asumir sus carencias: “La culpa fue del arbitro”.