La desconsideración hacia los veterinarios pone en riesgo la seguridad alimentaria en el AGS Norte de Huelva
En los últimos 15 años, la plantilla de veterinarios del SAS ha disminuido en más del 14 %, mientras el SAS presume de seguridad alimentaria y consecución de objetivos.
Hace años que desde el SMA venimos denunciando el menosprecio del SAS hacia los facultativos del cuerpo A4, veterinarios y farmacéuticos que llevan a cabo una labor esencial para la salud pública. En esta ocasión, queremos denunciar cómo la actuación del SAS está poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y las exportaciones de productos cárnicos en la provincia de Huelva.
Ya en julio de 2021 llamábamos la atención sobre la disminución de la plantilla del Cuerpo Superior Facultativo de Instituciones Sanitarias, especialidad Veterinaria, en el AGS Norte de Huelva. En su momento, esta plantilla fue de 28 profesionales, mientras que hoy es de 24. Pero lo ocurrido estos días reviste una gravedad especial, hasta el punto de que el asunto podría acabar en los tribunales de justicia.
En junio de 2023 (BOJA nº 111 de 13 de junio) se publica la relación de plazas a ofertar a los veterinarios que aprobaron las oposiciones celebradas en marzo de 2022 (15 meses de espera). En septiembre de 2023 (BOJA nº 184 de 25 de septiembre), es decir, 3 meses después de la primera resolución, se publica una corrección de errores y se modifica, a la baja, el número de plazas a ofertar a los 44 veterinarios que superaron el concurso-oposición.
En ambas resoluciones, en el AGS Norte de Huelva se ofertan 8 plazas vacantes. En el momento actual, el AGS cuenta con 24 veterinarios, de los cuales 17 son propietarios y siete son interinos. La oferta de ocho vacantes suponía, en consecuencia, que la plantilla pasaría a estar constituida por 25 profesionales (17 propietarios más ocho vacantes). El reconocimiento de las ocho vacantes por parte del SAS suponía recuperar un veterinario más para una plantilla que soporta una enorme carga de trabajo. Sin embargo, en el momento de la toma de posesión, el SAS ha reducido la oferta de vacantes a siete por la vía de los hechos, cesando a uno de los interinos que venían desarrollando su labor en el AGS y manteniendo una plantilla de 24 veterinarios.
El SAS argumenta que se había producido un error en la oferta de vacantes, pero, tras dos publicaciones en BOJA en menos de tres meses, ¿cómo pueden decir ahora que se ha producido un error? ¿No habían hecho ya una corrección de errores? En realidad, nos encontramos ante un mero subterfugio que no tiene otra finalidad que recortar la inversión en este sector clave al precio de mantener la precariedad y la sobrecarga laboral de los veterinarios de esta AGS.
Mientras tanto, se siguen produciendo visitas de inspectores de diversos países, como México, a empresas del sector cárnico de la Sierra de Huelva para dar el visto bueno a la exportación de productos del cerdo ibérico. Estos países son muy exigentes con las cuestiones de seguridad alimentaria y las empresas necesitan una respuesta ágil para esa exportación, lo que implica una notable responsabilidad y sobrecarga laboral para los veterinarios de la zona.
Asimismo, se abren nuevas instalaciones de salas de tratamiento de caza que necesitan presencia diaria de veterinarios para dictaminar la aptitud para el consumo de esa carne y para evitar zoonosis como la triquinelosis, la tuberculosis, etc. También se incrementan los programas relacionados con la salud pública (EVACOLE, Control del Tabaco, Rabia, PNIR, Tomas de muestras, Evaluación de Impacto en Salud, Seguridad Alimentaria, etc.). Incomprensiblemente, al mismo tiempo que se incrementa la actividad del sector disminuye la plantilla de veterinarios, profesionales maltratados a base de sobrecargar su actividad con exceso de horas impidiendo, en muchos casos, el desarrollo adecuado de estos programas.
En los últimos 15 años, la plantilla de veterinarios del SAS ha disminuido en más del 14 %, mientras el SAS presume de seguridad alimentaria y consecución de objetivos. ¿Cómo lo consigue? Sometiendo a los veterinarios a unas condiciones laborales insoportables y ofreciéndoles unas retribuciones sustancialmente inferiores a cualquier otro profesional del SAS con una categoría profesional equivalente.
En otras categorías el SAS se vanagloria de haber incrementado la plantilla en un 20 % en tres años, pero la seguridad alimentaria parece no ser importante para esta empresa. Por desgracia, eso será hasta que aparezcan casos de salmonelosis, botulismo, listeria, E. coli, etc. Entonces se buscarán otros responsables.