El director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, se mostró la semana pasada, en un seminario con periodistas, plenamente confiado en que los médicos no tendrán problema alguno con la tributación de los congresos, pese a que la Dirección General de Tributos tiene ya sobre la mesa una cuestión para responder si los médicos deben tributar por las invitaciones a congresos.

Según Arnés, «las conversaciones informales con Hacienda nos hacen pensar que es suficientemente sensible» a la particularidad de las invitaciones a congresos formativos, en tanto que «se trata de actividades identificadas claramente como formativas» y el médico tiene además la obligación de formarse. A esta cuestión, el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay, añadió que, además, para poder exigir que el médico tribute debería ser una retribución en especie y esto exige un beneficio personal que, en el caso de la formación, no cabe puesto que el interés es profesional, no personal.

Arnés insistió en la idea de que además obligar al médico a incluir en su cotización las invitaciones a los congresos «sería el chocolate del loro y Hacienda lo sabe» porque «la recaudación sería pequeña y las consecuencias muy importantes», no sólo por los médicos que dejarían de formarse sino también por cuestiones como el hecho de que la asistencia a congresos permite a los médicos captar ensayos clínicos internacionales que atraen mucho dinero a España, entre otras cuestiones.

Transparencia

En esta línea, el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, José Francisco Zamarriego, se mostró también claramente confiado sobre la decisión final que adopte Hacienda y explicó que, en cualquier caso, el código deontológico «no es estático sino que está en evolución» y esto implica que se seguirá trabajando en áreas como la de acreditar la formación que realiza la industria para que no haya duda alguna sobre la separación entre formación y actividades promocionales.

Con esa misma idea de evolucionar hacia una mayor transparencia, Arnés explicó que «cuando empezamos con el código hace años se creía que esto iba a ser una cortina de humo; ya se ve que no lo es, que el objetivo está claro y que se avanza hacia él. Y algunas compañías han dado ya pasos de gigante, como desvincularse por completo de la decisión de quién recibe las ayudas para formación».

Fuente: Diario Médico