Médicos españoles, mayores y sin recambio.
Sanidad negocia con las comunidades cómo evitar que en diez años se jubile el 40 por ciento de las profesionales y se colapse el sistema.
Los médicos españoles envejecen y el relevo generacional no parece fácil. En los próximos diez años está previsto que se jubile hasta un 40 por ciento de la plantilla de la sanidad pública, según datos de la Organización Médico Colegial (OMC). Las facultades de Medicina están llenas, pero no se convocan suficientes plazas MIR y los que logran especializarse deben elegir entre quedarse en España con contratos temporales y mal pagados o ejercer en el extranjero.
El escenario que dibuja un futuro con una sanidad pública sin apenas médicos no es nuevo. Preocupa especialmente a diez comunidades autónomas que han pedido al Ministerio de Sanidad que hoy incluya el debate en el orden del día del Consejo Interterritorial de Salud. La falta de especialistas afecta a Extremadura, Navarra, Andalucía, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Baleares y Aragón. Se necesitan, sobre todo, médicos de Familia —que también cubren las plazas de Urgencias—, pediatras, cirujanos ortopédicos, ginecólogos y oftalmólogos. Pero también oncólogos. La semana pasada la Sociedad Española de Oncología Médica alertaba de que había un déficit de 200 especialistas y pedía aumentar las plantillas en casi un 20 por ciento.
La mayoría de las comunidades quieren cambiar la ley para poder contratar a médicosque no proceden de la Unión Europea con las mismas condiciones laborales que los comunitarios. De esta forma, quieren cubrir las plazas libres en las zonas rurales y las urgencias de hospitales alejados de las ciudades, los destinos que menos gustan a los profesionales españoles. Aunque antes deben conseguir que el Ministerio agilice la homologación de la titulación de estos profesionales.
El Ministerio de Sanidad lleva tramitados más de 5.000 expedientes de médicos extranjeros. Sin embargo, esa no es una solución fácil, opina Carlos Moreno Sánchez, director de OrdenaciónProfesional. «Si la formación de un pediatra venezolano es menor que la que se exige en Europa, aunque queramos no podemos permitirle que ejerza en España», aclara.
El Ministerio de Sanidad reconoce que las jubilaciones obligatorias a los 66 años de los profesionales, pactadas en 2012 como una medida de ahorro, preocupa «pero no habrá colapso», garantiza Moreno Sánchez. «Nuestras proyecciones hasta 2025 no respaldan los datos de la Organización Médica colegial».
El Ministerio cree que la solución está en manos de las comunidades autónomas». «La mayoría de los médicos querrían seguir trabajando más allá de los 66 años y los gobiernos regionales pueden prorrogar hasta los 70 años la edad de jubilación. También son las comunidades las que establecen el número de plazas MIR y las ofertas públicas de empleo», recuerda.
El problema no es tanto de número de facultativos como de gestión. Hacen falta incentivos para cubrir plazas en especialidades deficitarias, sobre todo en Atención Primaria porque no tiene el prestigio de otras especialidades. Tampoco es fácil cubrir destinos en el ámbito rural o en territorios como Ceuta y Melilla, alejados de la Península y con unas consultas conflictivas por la presión de Marruecos. Para estas plazas de difícil cobertura Sanidad quiere consensuar con las comunidades autónomas nuevos incentivos para captar a los médicos que acaben su especialidad. Gestionar un contrato más estable podría ser una buena forma de que estos destinos sean más atractivos.
«La crisis tiene la culpa de esta situación. Quedamos en que no iba a afectar a cuestiones básicas como la sanidad o la educación, pero no ha sido así», sentencia Vicente Matas, de la Organización Médica Colegial. La crisis obligó a ahorrar con límites a las jubilaciones y la temporalidad supera el 30 por ciento en la sanidad pública. Las oposiciones también han estado paralizadas.
Ahora hay una gran oferta de empleo público para 129.000 médicos y personal sanitario en toda España. La «mega» convocatoria solo aliviará la temporalidad, no traerá nuevos médicos al sistema. Está pensada para los interino que ya ejercen en el sistema público pero lo hacen sin plaza en propiedad. El próximo año se podría ampliar para los profesionales dependientes de empresas sanitarias públicas.
Diez años y 250.000 euros para formar a un especialista
¿Cuántos médicos hay en activo España? Esta pregunta parece sencilla, pero nadie puede responderla. No se sabe cuántos profesionales hay en cada especialidad ni dónde trabajan. Se conocerá a mediados del próximo año con el primer registro de profesionales. Será la herramienta más eficaz para planificar los recursos. No son datos banales, la planificación es fundamental para organizar una oferta y demanda tan cambiante. España ha sido testigo en pocos años de un crecimiento por la llegada de inmigración que desembocó en un boom sanitario. Entonces ser médico era sinómimo de trabajo seguro. Hoy la realidad es otra y la planificación es crucial para no malgastar recursos. Formar a un especialista en España cuesta diez años y 250.000 euros. «Después de esta inversión, nos permitimos el lujo que se marchen fuera. El médico que se va ya no vuelve», advierte Vicente Matas.
Fuente: ABC