El SMA reinicia sus movilizaciones ante la negativa del SAS a negociar
El SAS ha incumplido acuerdos y realizado recortes que, sumados a la ausencia de diálogo, nos obligan a reiniciar movilizaciones en defensa de nuestros derechos.
Ante la falta de diálogo con el SAS, el SMA reinicia sus movilizaciones. Estas comenzarán con una concentración en Sevilla ante el Palacio de San Telmo el próximo día 12 de diciembre a las 11:30.
A pesar del cambio de equipo al frente de la sanidad andaluza, hasta la fecha no se ha producido avance alguno en la negociación con el SMA. De hecho, en estos meses el SAS ha incumplido acuerdos y realizado recortes que, sumados a la ausencia de diálogo, nos obligan a reiniciar movilizaciones en defensa de nuestros derechos.
A continuación, exponemos las razones que nos obligan a adoptar esta decisión:
- El SAS ha adoptado medidas que convierten en papel mojado el Pacto de limitación de las Agendas de los médicos de Atención Primaria. No podemos aceptar una vuelta al infierno de los bises y de las agendas de 100 pacientes. La necesaria mejora de la accesibilidad de los pacientes a la atención médica y la reducción de los tiempos de demora no pueden basarse en la explotación laboral de los/as médicos/as, sino en medidas e incentivos negociados con estos.
- El SAS ha recortado la productividad (CRP) abonada a los profesionales en, al menos, un 12%. Este recorte, que perjudica especialmente al colectivo médico, podría ser incluso mayor, dado que la opacidad en esta materia impide a trabajadores y sindicatos conocer no solo las cuentas presupuestarias destinadas al CRP, sino prácticamente todo lo relacionado con el cálculo de la retribución que percibe cada profesional por este concepto.
- El SAS ha declarado de forma expresa que no implantará el nuevo modelo de Carrera Profesional aprobado por la Mesa Sectorial en 2023. Este nuevo modelo facilita el acceso a los sucesivos niveles de carrera y a las retribuciones vinculadas a ellos. El incumplimiento de este acuerdo resulta impropio de una Administración que aspire a ser rigurosa, debilita la confianza de los trabajadores en los ámbitos oficiales de negociación y desprecia las legítimas aspiraciones de los facultativos a mejoras retributivas.
- El SAS sigue negándose a abordar la mejora retributiva de los médicos de Atención Primaria, que son los que menos perciben en concepto de FRP (Formación, Responsabilidad y Penosidad) de todas las categorías profesionales de AP. De hecho, las retribuciones de los médicos del SAS siguen por debajo de la media nacional, mientras que otros profesionales sanitarios se encuentran entre los mejor pagados de España. A pesar de ello, el SAS se niega a negociar mejoras retributivas para los/as facultativos/as.
- El SAS sigue reuniéndose en “mesas de seguimiento” con los sindicatos firmantes del Pacto para la mejora de la Atención Primaria, que el SMA se negó a suscribir porque no incluía mejoras retributivas para los/as facultativos/as. Esta exclusión del SMA de mesas en las que se tratan asuntos que afectan al conjunto de los trabajadores del SAS fue iniciada, a modo de castigo a nuestra organización, por el anterior equipo directivo del SAS. Lamentablemente, la estrategia ha sido adoptada e incluso intensificada por el nuevo equipo.
- El proceso de estatutarización de los profesionales del 061 está poniendo de manifiesto una vez más que el SAS da la espalda a los facultativos, hasta el punto de que ha llegado a proponer la aplicación de determinados conceptos retributivos al resto de las categorías profesionales excluyendo a los médicos. Como en otras ocasiones, el SAS se escuda en formalismos para justificar propuestas que en la práctica suponen un menosprecio a las demandas de nuestro colectivo en favor de otras categorías profesionales. En este ámbito de las urgencias extrahospitalarias, la intolerable precariedad que sufren los SUAP sigue sin ser abordada.
- Los/as facultativos/as de Atención Hospitalaria llevan años olvidados por el SAS. La heterogeneidad laboral y retributiva que caracteriza a este sector, que incluye a decenas de especialidades, hace muy difícil expresar sus demandas de forma esquemática. Sin embargo, ello no significa que no soporten condiciones laborales intolerables. Entre ellas, por citar solo algunos ejemplos, la falta de regulación de las guardias localizadas, que se han convertido en una forma encubierta de explotación laboral, la realización obligatoria de Continuidades Asistenciales que conllevan una enorme sobrecarga laboral, o las constantes prolongaciones de jornada, desplazamientos y cambios de turno imprevistos y no retribuidos. El SAS, una vez más, se niega a abordar mejora alguna para los facultativos hospitalarios.
- Por último, pero no por ello menos importante, existen colectivos víctimas de un maltrato particularmente intenso, entre los que destacan los veterinarios y farmacéuticos del Cuerpo Superior Facultativo de Instituciones Sanitarias (conocidos como A1.4). El agravio que padecen en materia de jornada, horario, carrera profesional, productividad y, en general, en prácticamente cualquier otro aspecto de sus condiciones laborales y sus retribuciones, se ve agravado por el olvido histórico del que han sido objeto por parte del SAS, a pesar de su papel decisivo en la protección de la Salud Pública. Un maltrato igualmente intenso sufren los Médicos del Trabajo, a los que el SAS se niega a reconocer como médicos especialistas, y otros muchos colectivos que incluyen Epidemiólogos, Genetistas, Odontólogos, etc., etc.
Desde hace años, la sanidad pública es víctima de un modelo organizativo que cuestiona el papel central de la relación médico-paciente en la asistencia sanitaria en favor de otras categorías profesionales. En la práctica, este modelo restringe o dificulta el acceso de la población a sus médicos, limita el papel de estos en la gestión del sistema y devalúa su relevancia dentro del modelo asistencial, deslegitimando de este modo sus reivindicaciones y sus aspiraciones profesionales y laborales.
El Sistema Sanitario Público se ha convertido en un medio hostil para los médicos, en especial para los más jóvenes, que cobran sueldos ridículos y soportan presiones y maltratos que nos escandalizarían en cualquier otro ámbito laboral. Por eso fracasan sistemáticamente los planes para captar a los residentes que terminan la especialidad y cada vez más médicos optan por la sanidad privada o por marcharse fuera de Andalucía en busca de respeto y reconocimiento.
Desgraciadamente, de nuevo nos vemos obligados a exigir el fin de esta deriva suicida, un verdadero cambio de rumbo en la gestión de la sanidad pública. Lo que está en juego es mucho más que nuestras condiciones laborales y retributivas: es la propia supervivencia del sistema.
Comité Ejecutivo SMA