Pesimismo de los profesionales sanitarios ante la época estival por el cierre de camas y la falta de personal. Otro año más…
Otro año más que tenemos sobre la mesa el cierre de camas hospitalarias durante el verano. La explicación que nos vende el SAS diciendo que la demanda disminuye en gran medida y por lo tanto realiza una «reserva de camas», cuando todos sabemos que el moti
Este año no será una excepción en la política de precariedad laboral y de cierre de camas hospitalarias y quirófanos en los meses estivales por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS), incluso puede ser mayor en un diez por ciento de media con respecto a 2014. La renovación de contratos al 75 por ciento de sueldo y de jornada a un personal para sustituir a quien trabaja al cien por cien se traducirá en una merma en la atención a los pacientes, según auguran los profesionales sanitarios.
La Consejería de Salud, que no utiliza el término «cierre» sino el de «reserva», aún no ha dado a conocer el plan asistencial de vacaciones, en el que se incluyen, entre otros aspectos, el refuerzo de los centros de atención primaria en las localidades costeras. Y en cualquier caso, fuentes del departamento que dirige María José Sánchez Rubio se sorprenden de que se hable de cifras cuando todavía no se ha completado el organigrama. En el verano de 2014 se cerraron, o reservaron, unas 3.000 camas de hospital, con el argumento de que en esta época del año baja la demanda.
Las organizaciones sindicales más representativas del sector sanitario en Andalucía se muestran pesimistas ante una nueva época estival donde temen que se repitan los problemas de siempre: falta de personal, saturaciones de las consultas y merma de los servicios hospitalarios. (…)
Según el responsable del sector de Hospitales del Sindicato Médico Andaluz, Rafael Carrasco, «nosotros siempre hemos estado en desacuerdo absolutamente con los contratos al 75 por ciento, salvo en el caso de que se hagan para sustituir trabajos parciales. Si una persona pide una reducción de jornada al 50 por ciento para cuidar a su hijo, es evidente que hay que contratar a alguien al 50 por ciento». Pero si un profesional que trabaja al 100 por cien se va de vacaciones, como es el caso de los meses de verano, el sustituto debe tener «las mismas condiciones. De lo contrario mermamos los efectivos», indicó.
El SAS, por tradición, nunca admite el «cierre» de camas y utiliza el término «reserva», lo que no deja de ser un eufemismo, resalta Rafael Carrasco. «Se cierran muchas camas, del orden de un veinte o un treinta por ciento de las que habitualmente hay en un hospital. Nosotros –advierte– no somos unos insensatos ni unos kamikazes y es evidente que hay situaciones en las que uno tiene que gestionar sus recursos y yo podría entender que se tomara una medida así en el caso de que la demanda cayera de forma importante. Pero tampoco es el caso».
Según Carrasco, «tenemos unas listas de espera nada saneadas. Todas están sobrepasadas. Bueno, como dice el SAS, al límite. Y si están al límite no se pueden parar durante dos meses».
«El argumento de que el personal sanitario se tiene que ir de vacaciones y que no hay para sustituirlo, a lo mejor podría valer en la época de pleno empleo, pero hoy en día no estamos en esa situación. Hay mucha gente demandando trabajo», enfatizó.
Afirma también que entre el colectivo de los médicos facultativos el porcentaje de sustitución en verano no sobrepasa el 5 por ciento. “De cada cien médicos que se van de vacaciones no se sustituyen más de cinco. Lo que nos dicen es cubriros vosotros. En atención primaria si se va uno, el otro se queda con su cupo. Para descansar en agosto, quien trabaja en urgencias si habitualmente hace cuatro o cinco guardias al mes, en julio tiene que hacer nueve o diez. Se trabaja con una sobrecarga muy grande”, confiesa. Refuta también el argumento de que se cierran camas porque baja la demanda. “Eso no es verdad. Si se sustituyera a la gente se mantendría una actividad más elevada durante estos meses y tendríamos menos lista de espera en consultas y en cirugía”.
En opinión de Carrasco, la demanda en verano no baja, sino que “se le obliga a bajar” debido al cierre de consultas y a la concentración del servicio en otros meses.
La población, además, no se reduce, “sino que se redistribuye”. Una parte de los residentes en las ciudades se traslada a la playa, donde solo se refuerza la atención primaria, “con unas cifras que son para echarse a llorar”. Y cuando el enfermo necesita una atención más especializada, dado que en los hospitales falta personal porque no se han producido las sustituciones “se produce el colapso”.
Fuente: ABC