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¿Qué piden los médicos residentes para trabajar en zonas de difícil cobertura?

Ministerio de Sanidad y sindicatos negocian una reforma del estatuto MIR para permitir ofertar a los MIR contratos en zonas de difícil cobertura al terminar la residencia. Los residentes piden a cambio estabilidad laboral.

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Comunidades y Ministerio de Sanidad están buscando soluciones para evitar el déficit de especialistas en ciertos centros y zonas tradicionalmente menos atractivos; por ejemplo, el ámbito rural. Una de las medidas adelantadas por la ministra Dolors Montserrat fue la de ofrecer incentivos para que los especialistas (en concreto, quienes acaban de terminar el MIR) acepten trabajar en esos puestos.

El planteamiento inicial está centrado en premiar con puntos por servicios prestados y la implicación en proyectos de investigación, incentivos que los médicos consultados por DM no ven con malos ojos, si bien se cuestiona que las medidas se centren en los especialistas que acaban de obtener el título en lugar de aplicarlo como una política general.

Después de ponerse en marcha en enero un grupo de trabajo sobre este tema, en el seno de la Comisión de Recursos Humanos, durante semanas, alentados por declaraciones de responsables sanitarios de autonomías como Castilla y León y Extremadura, se especuló con la posibilidad de que quienes acabaran la residencia tuvieran que quedarse por la fuerza en la comunidad durante unos años, como una forma de devolver lo invertido en su formación. Esa idea causó un rechazo frontal entre los profesionales. Por otra parte, algunas autonomías pusieron en duda que fuera legal limitar la movilidad de los médicos.

Oferta del ministerio

Como informó diariomedico.com, la Dirección de Ordenación Profesional entregó a los sindicatos el pasado lunes el primer borrador concreto sobre una reforma del real decreto 1146/2006, conocido como el estatuto MIR. La norma habla de que, una vez terminada la formación, el residente podría optar -o sea, de forma voluntaria- por un contrato en una de las plazas reconocidas oficialmente como deficitarias por la Comisión de Recursos Humanos, que se establecerían año a año.

Esos contratos, que durarían como mínimo un año y un máximo de dos, irían acompañados de diferentes beneficios: más puntos por servicios prestados, bonificación para acceder al nivel I de carrera profesional y acceso prioritario a becas y proyectos de investigación pública. También se podrían negociar beneficios en la bolsa temporal e, incluso, la oferta de interinidades.

¿Esos incentivos solucionarán el problema que supone encontrar a especialistas que cubran esas plazas? DM ha hablado con algunos representantes de residentes para conocer su opinión.

Pablo López, vocal MIR del Colegio de Médicos de Orense, en Galicia, cree que «hablar en términos de obligación para cubrir esas plazas sería muy complicado. Cada uno tiene sus circunstancias y, sobre todo, en primaria, que es donde parece que hay más problemas y, por tanto, donde se van a centrar las medidas, no me parece una opción, dado el grado de dispersión que hay«.

Por ese motivo, cree que la música de la propuesta de Sanidad no suena mal: «Dar algunas facilidades e incentivos creo que puede ayudar a largo plazo», aunque reconoce que «sin duda, pagar algún tipo de extra salarial siempre va a ayudar a que un profesional acepte un trabajo en un sitio más aislado». En ese sentido, el único incentivo con efectos económicos es el de la carrera profesional, si bien, por el redactado de la reforma, aceptar el contrato incentivado sólo serviría para facilitar que se incorpore antes.

Hay que tener en cuenta que cada autonomía tiene un modelo distinto de carrera profesional, en el que no sólo cuentan los servicios prestados.

Ignacio Poblador, R3 de Medicina de Familia en un consultorio de Perales de Tajuña, en Madrid, comenta que «hay compañeros que prefieren estar trabajando en Urgencias de un comarcal pequeño; hay gente que se maneja mejor en un entorno rural», en el que hay que lidiar con características propias, como la falta de medios y la mayor incertidumbre.

¿Serán los estímulos que ofrece el ministerio los mejores para atraer a los nuevos especialistas? «Dependerá de cada uno -dice Poblador-. Creo que lo más decisivo, al menos para mí, sería que me ofrecieran un contrato con estabilidad, en un único centro o consultorio, con mi cupo de pacientes, a los que pudiera ver cada día, más que los otros beneficios de obtener más puntos. Si la oferta va a ser como médico de área, en el que cada dos o tres semanas vas a un sitio distinto, pues habrá gente que pensará que no le compensa. Si ves consultorios vacíos y sólo ofrecen contratos cortos, de un día, de sustituciones puntuales, me temo que hay un problema de gestión».

¿Habría más médicos dispuestos si los incentivos fueran económicos? «Sinceramente: si fuera sólo por el dinero, nos iríamos todos a Francia o a Suiza. Creo que tiene que haber algo más».

Sin barreras

«Obviamente, el dinero es el dinero y todos tenemos que pagar facturas, pero no creo que sea lo más decisivo», opina la vocal MIR del Colegio de Zamora, Elena Sáez, que se muestra contraria a limitar la movilidad de los especialistas en función de donde se formen: «Somos MIR formados en España: da igual que lo hayan hecho en Madrid o en Castilla-La Mancha».

«Tras terminar el MIR, muchos querríamos quedarnos más tiempo, sobre todo en los centros donde nos hemos formado, porque ahí ya sabes cómo funciona el hospital, el equipo y los medios que hay», apunta Isabel Pérez, representante de los MIR en el Colegio de Cáceres, en Extremadura, que añade que no es la primera vez que se habla de contratos incentivados. «La Junta de Extremadura intentó hacer algo así, pero se ve que en las gerencias no interesaba«, critica.

Echa de menos que se hable de otros incentivos más vinculados a la situación familiar, pero, sobre todo, hace hincapié en que el mayor deseo del residente es la estabilidad: «Desde poder tratar y trabajar con el mismo cupo a, por ejemplo, poder manejar la misma base de datos para nuestros proyectos de investigación».

Por otra parte, cree que habría que resolver también el problema de que en las comunidades autónomas no se tenga en cuenta aquella formación que realizan sus respectivos residentes más allá de lo que exige el programa oficial (ver DM del 20-XI-2017): «Si en mi autonomía no van a tener en cuenta esos méritos extra y en otra sí, pues me iré allí donde sí lo hagan».

Esta medida ofrece muchas dudas al representante nacional de Tutores y Docentes de la OMC, Francesc Feliu, que se pregunta,

«¿Por qué es necesario modificar el ‘estatuto’ de los residentes?»   si se van a ofrecer los contratos a médicos que, al firmarlos, ya no serían MIR, sino especialistas en toda regla.

Fuente: Diario Médico