Desde hace ya casi un año, miles de facultativos andaluces esperaban con ilusión que empezaran a producirse algunos de los cambios que esta nueva Administración había incluido en su programa electoral y en PNL presentada en la anterior legislatura. Cambios que habían comunicado a través de los medios y que habían llegado a los facultativos como una promesa firme de que sus condiciones laborales iban, por fin, a ser mejoradas; que nuestro colectivo iba a dejar de ser el gran olvidado y el peor tratado en la esfera nacional.

Desde el principio, nuestra organización ha trabajado para arrancar de los nuevos dirigentes un compromiso firme que asegurara el cumplimiento de lo prometido, hemos sido prudentes, hemos considerado las dificultades derivadas tanto de la falta de financiación como aquellas inherentes a la asunción de una responsabilidad que nunca antes se había tenido. Hemos dado, en definitiva, margen más que suficiente e incluso hemos pedido paciencia y confianza a nuestros compañeros, confiando en la eficacia de mantener abierta la vía del diálogo. Hemos enviado propuestas de acuerdos y aceptado demoras en las acciones prometidas y hemos confiado en que una vez se aprobaran unos presupuestos elaborados en tiempo y forma por el nuevo Ejecutivo, las mejoras económicas y de gestión se verían definitivamente plasmadas.

Nada de esto ha sido así. Esta nueva Consejería ha jugado con nuestras esperanzas y nos ha mantenido moderados y expectantes con promesas que ha ido demorando hasta que finalmente, en el nuevo proyecto de presupuestos, ha dejado claro que no piensa cumplirlas.

Hasta aquí hemos llegado, nadie podrá decir que no hemos sido prudentes y que no hemos hecho propuestas que, buscando el consenso, ofrecieran un cronograma asequible para la administración y satisfactorio para las legítimas demandas de los miles de facultativos que llevan décadas siendo maltratados.

Andalucía sigue siendo la que menos invierte en sanidad por habitante y la que peor paga a sus profesionales. La tan difundida equiparación salarial ya no es considerada necesaria, la extensión a todos los facultativos del llamado complemento de exclusividad tampoco va a ser una realidad. el tiempo disponible para atender pacientes en primaria sigue siendo absolutamente insuficiente y las sustituciones o el pago por asunción de cupos o tareas tampoco se ha implementado, la carrera profesional sigue estando vetada para los temporales, las retribuciones en concepto de CRP siguen sin convertirse en una parte en salario consolidado, la hora de guardia sigue con una retribución ridícula y hasta ofensiva, las urgencias no han mejorado, las Agencias  Públicas Empresariales siguen sin conocer su futuro, el cuerpo A4 sigue sin opción a la carrera profesional ni a un plan de estabilización. la despolitización de la sanidad nunca llegó a prducirse, etc.

No tenemos ya ninguna otra opción, es hora de empezar a manifestar nuestra indignación, nuestra decepción y nuestro enfado.

Anunciamos por tanto el inicio de movilizaciones y concentraciones, hemos de dejar patente nuestra postura y para ello vamos a animar a los facultativos a manifestar su hartazgo. Apoyamos por tanto las concentraciones que han sido convocadas por las plataformas en atención primaria, y en concreto la del próximo sábado 26 anunciada por “Basta ya” y comunicaremos el inicio de nuestras acciones para que puedan unirse a ellas todas aquellas organizaciones que compartan esta profunda decepción.

No nos han dejado otra opción. Las promesas incumplidas no merecen más crédito.

Sindicato Médico Andaluz