En cuanto al mensaje a la población, queremos dejar claro que los médicos vamos a hacer honor a la ética profesional que nos caracteriza y a la que en tantas ocasiones hemos aludido para respaldar nuestras legítimas demandas. La población no debe dudar de que recibirá una asistencia médica de calidad, acataremos las suspensiones de congresos y reuniones, seremos garantes del buen funcionamiento del sistema sanitario, porque ese  es el mejor medio de garantizar la salud de la población, y como siempre hemos hecho, trabajaremos sin descanso y con toda la profesionalidad y entrega que nos ha caracterizado y que han situado a nuestro sistema de salud entre los mejores del mundo.

Tenemos motivos de sobra para movilizarnos, para manifestarnos y hasta para hacer una huelga que venimos posponiendo meses, porque con toda seguridad los mismos que ahora insisten en la importancia de nuestro papel mañana volverán a menospreciarlo y desoirán nuestras reivindicaciones. Pero no lo haremos ahora.

Hoy la Administración admite que es un problema la falta de médicos, reconoce que situaciones como esta solo se superan gracias al esfuerzo y la vocación de servicio público de los profesionales sanitarios en general y de los facultativos en particular, pero a nuestro colectivo estas alabanzas interesadas ya no les sirven. No se preocupen, no nos hace falta que nos adulen ahora porque vamos a trabajar igualmente sin los piropos; ya les adelantamos que en momentos como éste no vamos a movilizarnos ni vamos a hacer uso de la crítica fácil.

Como organización sindical, nuestro papel se centra en garantizar los derechos de los facultativos en cualquier circunstancia. Debemos exigir, por ejemplo, que los equipos de protección frente al contagio sean los adecuados y que existan stocks suficientes en los centros; tendremos que emprender cuantas acciones legales sean oportunas para conseguir que el médico que deba hacer «cuarentena» por riesgo de haber sido contagiado cobre las retribuciones correspondientes a una IT por enfermedad laboral y no común; pediremos insistentemente más información y protección para nuestros compañeros; reclamaremos nuestro derecho al descanso porque solo así estaremos en condiciones de atender correctamente a nuestros pacientes y seremos tan exigentes con la administración como responsables con la población.

Las recomendaciones técnicas corresponden a las autoridades, que han de seguir las recomendaciones de los expertos en esta materia y en este sentido compartimos su apelación a la calma, que basan en su confianza en la capacidad de nuestro sistema sanitario para hacer frente a una crisis como a la que nos enfrentamos.

Tristemente, algunas autoridades, que en los momentos de crisis, buscan refugio en la confianza que ofrece nuestro sistema sanitario y en especial sus facultativos, debilitan este mismo sistema sanitario, en el día a día, con su falta de reconocimiento a nuestra labor. Pero, como ya hemos dicho, este no es momento de hacer reproches.

No nos oirán protestar por los sacrificios que probablemente debamos hacer o los riesgos que asumiremos, no necesariamente mayores que los que asumimos cada día. Pero no nos vuelvan a engañar con actitudes hipócritas; mañana, cuando volvamos a exigir a nuestros gestores el reconocimiento moral y material que merecemos, esperamos una lealtad recíproca.

Somos responsables y vocacionales, pero tenemos un límite. 

Sindicato Médico Andaluz