Sobre inventos paliativos ante la falta de médicos
En lo que llevamos de siglo XXI, estamos viviendo una situación complicada, la de la escasez de médicos en España, como efecto secundario del cálculo erróneo o inexistente de las previsiones por parte de los que gestionan el mundo de la sanidad.
Desde hace décadas no se han tenido en cuenta el número de jubilaciones previstas para estos años, que debieron ser contrarrestadas con el número de plazas ofertadas de médicos residentes, sobre todo en determinadas especialidades.
Insuficiente debió ser la información que llegó, de las estadísticas que predecían esta carencia (aunque hemos sido testigos de que se propagaban por todos los medios), a nuestros numerosos ministros y responsables, y para las que el tratamiento era formar a los médicos necesarios y así paliar el déficit que se avecinaba.
Hubiera sido una actuación de medicina preventiva, pero hemos convertido a España en un paciente pluripatológico polimedicado en el que pretenden tratar el efecto secundario de los fármacos inadecuadamente administrados, añadiendo una segunda opción terapéutica, que a su vez traerá más secundarismos.
Encontramos información en algunos foros que puede confundir al pueblo, divulgando que otras categorías podría realizar actuaciones que competen única y exclusivamente al médico. No sabemos si el hecho de que una enfermera pueda llegar a ser consejera o ministra los puede llevar al error de que pueden realizar cualquier actuación, y pese a que todos estos roles de los que hablamos son muy importantes, así como el de enfermería para el cuidado de los pacientes, nada que ver con el de la formación especializada y el de las competencias de los médicos.
No se debería desorientar a los pacientes sobre las diferentes competencias de las profesiones sanitarias, sencillamente se debería responder a las instituciones que realizan determinados planteamientos de esta índole, que para realizar las actuaciones y procesos relacionados con especialidades médicas, pueden perfectamente acceder a través del Grado en Medicina y la especialidad vía MIR así como superar las ofertas públicas de empleo, garantizando así a la población la asistencia sanitaria de calidad y paliando la falta de médicos que es lo que hay que solventar.
Afortunadamente vivimos en un estado de derecho y democrático, y en la soberanía, el pueblo es el que tiene la capacidad de elegir, pregúntenles a los pacientes por quién desean ser atendidos y dejémonos de ideales fraudulentos. Si no lo hace la propia administración, lo preguntaremos nosotros.
Si farragoso les parece todo lo anterior, les aseguramos que más laborioso y dedicado es cursar medicina, para posteriormente preparar el acceso a una especialidad, a través del examen MIR, y estudiar día a día en los muchos años de formación como facultativo especialista, y continuar estudiando para examinarte en una oposición en la que finalmente se obtiene una plaza, y ya como médico adjunto con plaza en propiedad seguir formándote e investigando. Para ello se necesita en los mejores casos 11 o 12 años (eso siempre que se convoquen oposiciones), aunque en realidad es toda una vida plena dedicada a ello. Esta excelente formación es la que proporciona seguridad clínica al paciente. Orgullosos estamos de la misma y de nuestra profesión, pero echamos en falta el apoyo de los responsables en reconocer la importancia que nuestra labor tiene en la salud de la población.
Comité Ejecutivo SMA – Federación