Vivimos una época de cambios vertiginosos en todos los aspectos de la vida. Nadie hoy compraría un video VHS, ni un radiocassette, ni desarrollaría empresas con el modelo del siglo XX. Hoy usamos el ”crowdfunding”, el “e-commerce” y los vehículos eléctricos; y los viejos modelos productivos como la “producción en cadena” han sido sustituidos por los de “mejora continua” o “Lean Manufacturing”.

El viejo sindicalismo que tanto contribuyó a las mejoras laborales de los obreros a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, se encuentra hoy desfasado; sus métodos son cada vez menos efectivos y su capacidad de convocatoria escasa. En este tiempo, el neosindicalismo, el llamado “sindicalismo 2.0” y sobre todo el sindicalismo profesional, son las iniciativas en auge y las que ocupan un espacio cada vez más necesario con planteamientos adecuados a las nuevas formas de gestión y con una gran identificación con las inquietudes y aspiraciones de los grupos concretos a los que representan.

Por otro lado, la actitud del facultativo tampoco ha sido ajena a los cambios socioculturales de las últimas décadas que nos han hecho virar desde una profesión eminentemente liberal y autónoma en sus decisiones hacia la conversión en un colectivo asalariado que trabaja para la administración o las grandes empresas de salud, con un altísimo grado de formación y especialización pero con unas condiciones salariales y laborales que no se corresponden con el nivel de exigencia profesional.

Hoy en día la sanidad es sobre todo una arma política arrojadiza y los facultativos nos hemos convertido en un “ejército a la fuerza” gobernado por políticos y gestionados por “personal de confianza” que no sabe o no quiere reconocer que el tiempo del “café para todos” ya pasó, que en esta sociedad moderna las negociaciones han de ser específicas para cada colectivo y que ya no son entendibles ni útiles las políticas de personal que se basan en ignorar las diferencias.

Es evidente que los cambios son imparables y que no podemos sustraernos a ellos. Los sindicatos profesionales, esos que algunos rancios llaman sindicatos amarillos, son cada vez más preponderantes. Asociaciones profesionales/sindicales de Pilotos, Jueces, Profesores, Policías, etc. son el futuro del sindicalismo. Hoy no se concibe que quienes defiendan nuestros intereses no sean personas de nuestro colectivo, conocedores de nuestros problemas específicos y centrados en ellos. Hoy no es eficiente una organización que disperse excesivamente sus reivindicaciones, que pretenda implementar medidas idénticas para grupos absolutamente distintos. Hoy las cosas ya no son así.

¿Y tu que vas a hacer? ¿Vas a vivir de espaldas a este futuro que ya está aquí?

No te quedes atrás, Vota al único sindicato formado por y para Facultativos.

#TuVotoEsTuFuturo

UNA PROFESIÓN, UN SINDICATO. VOTA SMA.